¡Está lloviendo otra vez!
Estos eternos días de lluvia han colmado definitivamente mi paciencia. Nunca pensé que el clima pudiera influir de tal manera sobre mí, pero lo cierto es que estos días han estado para morirse. Estoy harto de levantarme en la mañana para ver por mi ventana que la lluvia que pensé se agotaría en la noche, sigue cayendo constante, en medio de un día gris, aburrido, tortuoso, e igual de deprimente a los anteriores. Nada nuevo pasa, solo la misma lluvia acabando con mi ya decaído estado de ánimo (porque últimamente he sufrido de una desgraciada malparidez cósmica que me tiene jodido).
Por qué carajos tiene que llover tanto!!! Ya ni cerveza me dan ganas de tomar, y eso lectores, es verdaderamente grave. Todo es culpa de este maldito fenómeno de la niña (como siempre las mujeres) que hace llover en unas dimensiones bíblico-apocalípticas. Si no encuentro algo en que distraerme, me voy a volver (más) loco. Por ahora las caminatas han sido un buen antídoto, pero no creo que funcionen por mucho tiempo. Leer siempre es útil, el problema es que el trabajo de la universidad me tiene sumido en una montaña enorme de fotocopias con lecturas no siempre muy amenas, mientras mis amados libros de literatura me llaman a gritos, sin que yo pueda hacer nada, porque de grato recibimiento de semana santa, tengo un parcial. La televisión de semana santa, como siempre, tediosa y desagradablemente repetitiva (unos cuantos años más de cine bíblico y me voy a volver PhD en sagradas escrituras o estudios bíblicos). Como ven, tengo problemas.
Así que ¿qué hago? Mis amigos andan de vacaciones, y por tanto, no hay nadie para hacer algo; novia no tengo (que tristeza), y plata, menos. Mi única opción es esperar que alguien aparezca, o que esta bendita malparidez se vaya como llegó: sin avisar. Mientras tanto, seguir aguantando este palo de agua tan inmundo, hacerse de valor, y conseguir un paraguas, porque me mamé de estar encerrado.
Por qué carajos tiene que llover tanto!!! Ya ni cerveza me dan ganas de tomar, y eso lectores, es verdaderamente grave. Todo es culpa de este maldito fenómeno de la niña (como siempre las mujeres) que hace llover en unas dimensiones bíblico-apocalípticas. Si no encuentro algo en que distraerme, me voy a volver (más) loco. Por ahora las caminatas han sido un buen antídoto, pero no creo que funcionen por mucho tiempo. Leer siempre es útil, el problema es que el trabajo de la universidad me tiene sumido en una montaña enorme de fotocopias con lecturas no siempre muy amenas, mientras mis amados libros de literatura me llaman a gritos, sin que yo pueda hacer nada, porque de grato recibimiento de semana santa, tengo un parcial. La televisión de semana santa, como siempre, tediosa y desagradablemente repetitiva (unos cuantos años más de cine bíblico y me voy a volver PhD en sagradas escrituras o estudios bíblicos). Como ven, tengo problemas.
Así que ¿qué hago? Mis amigos andan de vacaciones, y por tanto, no hay nadie para hacer algo; novia no tengo (que tristeza), y plata, menos. Mi única opción es esperar que alguien aparezca, o que esta bendita malparidez se vaya como llegó: sin avisar. Mientras tanto, seguir aguantando este palo de agua tan inmundo, hacerse de valor, y conseguir un paraguas, porque me mamé de estar encerrado.
Si por alla llueve, por acá neva... la maldita primavera no quiere terminar de llegar.
ResponderBorrarHace muchisimo calor y despues cae nieve a la lata.
Ah... yo también armé blog hace poquito, mucho gusto. Has quedado linkiiiiado al mío. Por aquí vendré a ver que mas se discute en la mesa de la tienda
Complicados días de lluvia los de el fin de semana pasado...
ResponderBorrarSaluditos
Wendy