Procrastinar
Procrastinar. (Del lat. procrastinare). tr. Diferir, aplazar.
Después del inicio más "clichesudo" de la historia, vamos a hablar de lo que significa procrastinar, palabra especialmente cara a los colombianos, pues es bien sabido que este pueblo es experto en dejar todo para última hora. De hecho, se dice que uno como "buen colombiano", deja todo para última hora; lo que no es más que la pura verdad, aquí todo lo dejamos para última hora. Pero ojo, no estoy diciendo que esté mal. O mejor dicho, si está mal, pero como yo soy un paladín glorioso de la procrastinación, pues no tengo autoridad moral para decir que está mal o criticar a aquellos que, como yo, dejamos todo para el último minuto. Porque yo todo lo hago cuando ya se está acabando el tiempo, especialmente lo concerniente a mis actividades académicas.
Diferir, aplazar. Que bonito suena eso. Durante el tiempo que llevo en la universidad, muy pocas veces, y por pocas veces quiero decir casi nunca, he hecho un trabajo con tiempo. Siempre los hago cuando ya toca entregarlo, a pesar de que el dichoso trabajo lo dejan desde el inicio del semestre. Una vez hice tres trabajos finales en una semana. Obviamente toca sentarse frente al computador y no pararse como en doce horas, pero yo no sé por qué carajos funciono mejor bajo presión; la escritura me fluye, las ideas surgen rápidamente, mi memoria mejora ostensiblemente y las vainas me quedan bien hechas, lo que redunda en buenas notas. Obviamente si lo hiciera con tiempo las notas serían mejores, pero qué se le va a hacer, así soy yo. Y pues como el método me funciona, pues ya me cogí confianza y sigo haciendo los trabajos en el minuto de Dios. Un día de estos no voy a alcanzar a terminar y me voy a joder, pero como eso no ha pasado, pues sigo siendo vago y no corrijo lo que sé que está mal, pero me encanta hacer: procrastinar.
Porque si la máxima reza que "no hay que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy", mis principios funcionan en total contravía y el dogma es: no hagas hoy lo que puedes dejar para mañana. Además, estoy seguro de que no soy el único que es así: ya dije que es una característica muy recurrente en los colombianos, además de conocer a unos cuantos que comparten mi filosofía. No es coincidencia que el último día de plazo para pagar, las filas estén muy largas (bueno, la falta de plata influye, pero de eso no estamos hablando), o que el 24 de diciembre los almacenes estén a reventar de gente comprando los regalos. Eso pasa porque dejamos todo para última hora, ya lo dije. Es bueno saber que no soy el único, porque si fuera el único tendría a medio mundo encima jodiéndome; el hecho de que seamos varios como que amortigua la cosa. Luego entonces, voy a seguir procrastinando todo lo que se me dé la gana (aún si llego a ser el último que lo haga). Y bienvenido el que quiera procrastinar conmigo: aquí lo que hay es apoyo moral.
Por cierto, esta entrada estaba que la escribía hace una semana. ¿Muy consecuente no?
Diferir, aplazar. Que bonito suena eso. Durante el tiempo que llevo en la universidad, muy pocas veces, y por pocas veces quiero decir casi nunca, he hecho un trabajo con tiempo. Siempre los hago cuando ya toca entregarlo, a pesar de que el dichoso trabajo lo dejan desde el inicio del semestre. Una vez hice tres trabajos finales en una semana. Obviamente toca sentarse frente al computador y no pararse como en doce horas, pero yo no sé por qué carajos funciono mejor bajo presión; la escritura me fluye, las ideas surgen rápidamente, mi memoria mejora ostensiblemente y las vainas me quedan bien hechas, lo que redunda en buenas notas. Obviamente si lo hiciera con tiempo las notas serían mejores, pero qué se le va a hacer, así soy yo. Y pues como el método me funciona, pues ya me cogí confianza y sigo haciendo los trabajos en el minuto de Dios. Un día de estos no voy a alcanzar a terminar y me voy a joder, pero como eso no ha pasado, pues sigo siendo vago y no corrijo lo que sé que está mal, pero me encanta hacer: procrastinar.
Porque si la máxima reza que "no hay que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy", mis principios funcionan en total contravía y el dogma es: no hagas hoy lo que puedes dejar para mañana. Además, estoy seguro de que no soy el único que es así: ya dije que es una característica muy recurrente en los colombianos, además de conocer a unos cuantos que comparten mi filosofía. No es coincidencia que el último día de plazo para pagar, las filas estén muy largas (bueno, la falta de plata influye, pero de eso no estamos hablando), o que el 24 de diciembre los almacenes estén a reventar de gente comprando los regalos. Eso pasa porque dejamos todo para última hora, ya lo dije. Es bueno saber que no soy el único, porque si fuera el único tendría a medio mundo encima jodiéndome; el hecho de que seamos varios como que amortigua la cosa. Luego entonces, voy a seguir procrastinando todo lo que se me dé la gana (aún si llego a ser el último que lo haga). Y bienvenido el que quiera procrastinar conmigo: aquí lo que hay es apoyo moral.
como cosa rara siempre dejo los comentarios pa mas tarde!
ResponderBorrarHola Iván:
ResponderBorrarNo creo que sea necesario seguir calificando las actitudes, no hay en este caso bien o mal... puedes hacer tus trabajos cuando te plazca y a veces es así que a más presión-más conexión-más efectividad...
Lo que no es necesario postergar es el disfrute de cada momento... el instante... la alegría de sentirse vivo... no sólo no postergar el disfrute para luego, sino hacerse plenamente consciente de la Vida...
Cariños...
Lidia
Hay que ser consecuentes con la inconsecuencia?
ResponderBorrarHasta para errar hay que tener estilo ;)
Levanto la mano! Mi tesis de grado la escribí en tres sentadas de muchas horas. Siempre estoy al límite, siempre. Es inexplicable esa tendencia cultural del Colombiano (no se si sea extensible a toda latinoamérica) de dejar todo paar el último momento. Cosa rara.
ResponderBorrarSi mal no recuerdo -no quiero ponerme a buscar ahora-, fue Mark Twain quien dijo: "no dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana". Había escuchado, sólo de pasada, el término "procastinación", pero no cabe duda de que todos lo hacemos. ¿No? ¿no? ¡Qué lance la primera piedra el santo!
ResponderBorrarno será que los raros sean aquellos que hagan las cosas a tiempo?, o incluso que sean culiprontos?, estoy casi seguro que no somos mayoría los que dejemos todo pra lo ultimo, creo que somos la totalidad
ResponderBorrarHmmmm he procastinado la visita a Blogscolombia (no se si lo conjugué bien) por mucho tiempo... pero al hacerlo es regular que encuentre espacios agradables y dignos de leer con buen tiempo... como el tuyo.
ResponderBorrarSaludos mi hermano, y buen uso le das a esta, tu casa.
Creo que procrastiné bastante mi comentario. Pero procrastinación tras procrastinación de la pronastricadera decidí hacerlo.
ResponderBorrarBastante entretenido el post
Saludes
Yo procastino, tú procastinas, él procastina, nosotros procastinamos, vosotros pronactinaís. ¡Guepa-jé!
ResponderBorrarIvan:
ResponderBorrarDefinitivamente nos pasamos la vida procrastinando, y es cierto, está demostrado que el ser humano hace mejor las cosas bajo presión, o sea que el bendito stres es necesario.
Saludos, buen post.