El 9 de Abril
Ya son 60 años. Hace sesenta años asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán, probablemente la figura política más importante que tuvo Colombia en el siglo XX. Un hombre tan importante que su recuerdo perdura igual de fuerte en las mentes de aquellos que vieron en él una ilusión, la única ilusión, para que sus vidas cambiaran y fueran mejores. Aquellos que lo recuerdan sienten aún el dolor por su muerte, por el asesinato de este gran hombre. Ese famoso ¡mataron a Gaitán! es todavía un grito de dolor desgarrado, dolor que se ve en los ojos llorosos de los que lo recuerdan y recuerdan ese momento desastroso de sus vidas y de la historia de este país.
Personalmente, Gaitán es una de las figuras históricas más apasionantes que he conocido. Es una figura llena de un misticismo que muy pocas figuras tienen. Ese fenómeno que fue Gaitán en nuestra política es algo que tiene unas dimensiones colosales. Al adentrarme en la vida de este hombre me fue fácil entender esa admiración que despertó en el pueblo colombiano; debo decir que fue emoción lo que sentí al empezar a ver la magnitud de lo que fue Gaitán. Hombres como él no son precisamente cosa de todos los días. Es por eso que su legado perdura, y perdurará, a pesar de los ires y venires que ha tenido Colombia, de su historia trágica, de sus errores crasos.
Es ese legado lo que es más impresionante: ver como los hombres y mujeres que aún viven y que vivieron en la época de Gaitán siguen recordándolo año a año; como el dolor por su muerte no ha disminuido, cómo se siente ese dolor cuando hablan de él, cuando evocan todo lo que hizo por el pueblo. Y ese dolor sigue vivo porque el asesinato de Gaitán fue truncar un sueño enorme que tuvieron muchos colombianos, un sueño que nunca pudo ser realizado y que nunca estuvo tan cerca como cuando Gaitán iba a llegar a la presidencia: el sueño de un país mejor, justo, equitativo, en donde la vida no fuera una constante desilusión por el enorme poder que unos cuantos tenían (y siguen teniendo) y que usaban a su antojo (y siguen usando), pasando por encima de miles de colombianos.
Nunca sabremos si Gaitán hubiera podido cambiar al país en realidad. Personalmente, no soy muy amigo de esos análisis contrafactuales. Pero lo que si sé, es que cuando mataron a Gaitán, no sólo lo mataron a él como hombre. Ese día, con Gaitán murió para siempre la ilusión, la esperanza del pueblo colombiano en que las cosas podían cambiar. Ese día murió para siempre la confianza de los colombianos en la política y sus dirigentes. Es por eso que la historia colombiana desembocó en un torrente de violencia imparable; porque la apatía de los colombianos fue la semilla. El odio y la intolerancia sectaria traída desde el siglo XIX, se convirtieron en la única política de este país, porque Gaitán era la alternativa a esa división maniquea de nuestra sociedad, y lo mataron. Por eso todo se volvió mierda, los godos se apropiaron en alma, corazón y vida de los espíritus de los colombianos. Por eso el país que tenemos y el "lujo" de presidente que nos mandamos, que está a la derecha de la derecha. Ya nada más importó porque la ilusión y el anhelo por cambiar las cosas y mejorar al país desaparecieron.
Está en nuestras manos que la memoria de Gaitán no desaparezca. Está en nuestras manos que la ilusión pueda revivir.
P.D. Recomiendo dos libros sobre el tema que me han gustado mucho: primero, el magnífico libro de Arturo Alape El Bogotazo: Memorias del olvido, que es un trabajo excelente de investigación y registro de testimonios acerca de lo sucedido el nueve de abril. En segundo lugar, una novela de Osorio Lizarazo titulada El día del odio, que es una visión literaria del golpe que fue Gaitán y el bogotazo para Colombia.
Que pasaría si de casualidad mataran a Alvaro Uribe, el porcentaje tan grande de adeptos no diría lo mismo que se dice de Gaitán? que murió "la esperanza" de este país?
ResponderBorrarYo creería que nada hubiese cambiado de gaitán seguir vivo, un buen prsidente, pero de ahí a transformar a nuestra patria?
El problema de Colombia somos todos, nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestras creencias, nuestra naturaleza tira a donde estamos, para cambiar esta realidad hay que cambiar primero a cada una de las personas que en este momento están dando ejemplo a quienes habitarán nuestro país en el futuro, tendríamos que cambiar cada uno de nosotros, ¿eso es posible?.
Habría que empezar por la educación , y ojo que dije educación, no academia. Desafortunadamente cosas que nos hacen reír como nuestra cotidianidad (se vieron pelota de letras?) son nuestro peor lastre en lo que tiene que ver con cambiar nuestro futuro, estamos acostumbrados a lo que somos y de tener la oportunidad estaríamos del otro lado.
Bueno yo creo que me extendí y acá se acaba este comentario, pero es que tenía que escribir sobre esto y en mi blog no lo hago jejeje, buena entrada, definitivamente el caudillo cambió el país, pero creo que lo cambió mas muerto que lo que hubiese hecho estando vivo.
Uy no, donde maten a Uribe ahi si hijuemadre. Qué tal un mártir de la derecha?
ResponderBorrarFue un grave error de la clase dirigente asesinar a Gaitán, sin duda.
ResponderBorrarPero, ten la seguridad, que si vamos de la mano de nuestro Padre/Madre de los cielos llegaremos a construir el buen país que merecemos....
Para eso, soñemos e imaginemos un país más justo, próspero, feliz....y lo vamos a lograr....
Paz y bendiciones
Isaac
Estimado Iván, comparto en cierta medida lo que dice Daniel Forero.
ResponderBorrarSin embargo, estimado Daniel, no creo que el país haya sido el mismo con la muerte de Gaitán. Probablemente la violencia hubiera sido peor. Si la muerte de Gaitán no hubiera sido el detonante de la guerra entre conservadores y liberales de la primera mitad del siglo XX, probablemente hubiera sido otro. Y si hubiera sido otro, hay que sumarle unos cuantos años más al conflicto armado de nuestro país.
...mientras tanto Marc Chapman sigue escuchando los Beatles a la sombra...
ResponderBorrarYo, como siempre prefiero no adentrarme en los abísmos de la política actual, solo quiero reafirmar que el libro de Alape es excelente.
ResponderBorrarMe uno a tu sentir, es lo que asimilo yo de lo sucedido. Es la ilusión que murió con Gaitán, un hombre que sigue despertando sentimientos en las nuevas generaciones, for ever. Admiro esa personalidad arrolladora y el haberse salido de los parámetros holigarcas de la época.
ResponderBorrarLo expresas con tanta sencilles que es delicioso haberte leído.
Besitos amistosos desde Medellín!
Tampoco puede morir la memoria de Laureano y de los leopardos, como para equilibrar.
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