Motricidad fina
Cada vez más se busca educar a los niños en diferentes áreas a una más temprana edad: la llamada estimulación temprana. El efecto Mozart, para mejorar el aprendizaje de los niños poniéndoles la música de este genio, incluso desde que están en el útero, es un ejemplo muy conocido. De igual forma se les hacen desde bebés talleres para que aprendan a hablar más rápido, o para que su motricidad fina mejore. Todo es muy importante para que los niños sean más inteligentes, eso nunca puede despreciarse. Aunque no sobra decir que además de desarrollarles la inteligencia tempranamente, también deberían desarrollar el gusto por aprender, porque ese departamento si está como fallando.
Eso de la motricidad fina siempre me ha llamado la atención, muy probablemente porque no es como mi departamento más fuerte. Mejor dicho: las habilidades manuales no son lo mío, es posible que enhebrar una aguja me haga sufrir más de lo normal. Es por eso que me parece bien que a los niños les desarrollen la mentada motricidad fina para que no sean torpes con las manitas y aprendan a hacer hartas cosas. Porque los niños de hoy en día son genios, nacen con disposición increíble para manejar Ipods y aparatos electrónicos de última generación, pero se varan comiéndose una fruta con la mano. Y como que escribir les hace doler las manitas, porque siempre escriben incompleto.
Yo no sé cómo serán las actividades para desarrollar la motricidad fina, en qué consistirán a ciencia cierta los talleres. Pero lo que si tengo claro es que lo más prudente, en aras del éxito del taller, es que los dicten mujeres. ¿Por qué? Porque no existe ningún otro ser sobre la faz de la tierra que tenga la motricidad fina de una mujer. Las habilidades femeninas en este campo no dejan de sorprenderme día tras día; en realidad es increíble lo que las mujeres son capaces de hacer.
Por ejemplo, la habilidad femenina para maquillarse en el transporte público. Yo no podría hacer eso ni en condiciones ideales, como dicen los problemas de física (en el vacío, sin factores que interfieran con el experimento). No obstante las mujeres se peinan y se maquillan, se aplican el delineador, cosa impresionante porque se tienen que abrir los ojos para pasarse el lápiz por el borde del párpado, todo eso mientras la buseta sortea unos huecos dignos de paisaje lunar. Pero no se sacan el ojo. Tampoco se lo sacan con el dichoso encrespador de pestañas, que en ocasiones he visto reemplazado por la tapa de una crema, una cucharita o incluso una navaja (!!!). Si eso no es tener mucha motricidad fina, no sé que lo será.
La otra cuestión es la de los tacones. Mientras yo me caería solamente intentando ponerme de pie en esos artefactos, las mujeres corren (generalmente porque van tarde), giran, bailan, giran bailando, corren girando, suben escaleras, las bajan, etc. Estoy seguro que podrían pararse de manos en los tacones y no se caerían. Además soportan todo el día metidas en esas vainas, lo que es bastante loable.
Y sin duda su habilidad para hacer 17000 cosas distintas al tiempo es impresionante, habilidad de la que los hombres carecemos por completo, porque para buscar una dirección tenemos que bajarle el volumen al radio del carro. Si mucho logramos hacer tres cosas al tiempo, pero seguro que dos van a quedar a medias o mal hechas. En cambio a las mujeres las 17000 cosas les quedan bien hechas. Eso si es habilidad.
Por otro lado, ¿quién puede negar la pulcritud y perfección que ponen las mujeres en todo lo que hacen? La chambonada es patrimonio masculino, deberíamos tener la patente. Por supuesto que hay mujeres chambonas y hombres precisos y pulcros, pero son excepciones que confirman la regla. Las mujeres siempre tienen mejor letra, les queda más bonita la cartelera, el regalo hecho a mano si parece un regalo y no un pedazo de arcilla estrellado contra una pared, se les pueden leer con coherencia los apuntes de clase. En fin, les quedan mejor hechas las vainas.
Por estas y muchas otras razones es que las mujeres son las más indicadas para eso de la motricidad fina (que debería ser femefina). El futuro de las artes manuales está en manos femeninas.
Eso de la motricidad fina siempre me ha llamado la atención, muy probablemente porque no es como mi departamento más fuerte. Mejor dicho: las habilidades manuales no son lo mío, es posible que enhebrar una aguja me haga sufrir más de lo normal. Es por eso que me parece bien que a los niños les desarrollen la mentada motricidad fina para que no sean torpes con las manitas y aprendan a hacer hartas cosas. Porque los niños de hoy en día son genios, nacen con disposición increíble para manejar Ipods y aparatos electrónicos de última generación, pero se varan comiéndose una fruta con la mano. Y como que escribir les hace doler las manitas, porque siempre escriben incompleto.
Yo no sé cómo serán las actividades para desarrollar la motricidad fina, en qué consistirán a ciencia cierta los talleres. Pero lo que si tengo claro es que lo más prudente, en aras del éxito del taller, es que los dicten mujeres. ¿Por qué? Porque no existe ningún otro ser sobre la faz de la tierra que tenga la motricidad fina de una mujer. Las habilidades femeninas en este campo no dejan de sorprenderme día tras día; en realidad es increíble lo que las mujeres son capaces de hacer.
Por ejemplo, la habilidad femenina para maquillarse en el transporte público. Yo no podría hacer eso ni en condiciones ideales, como dicen los problemas de física (en el vacío, sin factores que interfieran con el experimento). No obstante las mujeres se peinan y se maquillan, se aplican el delineador, cosa impresionante porque se tienen que abrir los ojos para pasarse el lápiz por el borde del párpado, todo eso mientras la buseta sortea unos huecos dignos de paisaje lunar. Pero no se sacan el ojo. Tampoco se lo sacan con el dichoso encrespador de pestañas, que en ocasiones he visto reemplazado por la tapa de una crema, una cucharita o incluso una navaja (!!!). Si eso no es tener mucha motricidad fina, no sé que lo será.
La otra cuestión es la de los tacones. Mientras yo me caería solamente intentando ponerme de pie en esos artefactos, las mujeres corren (generalmente porque van tarde), giran, bailan, giran bailando, corren girando, suben escaleras, las bajan, etc. Estoy seguro que podrían pararse de manos en los tacones y no se caerían. Además soportan todo el día metidas en esas vainas, lo que es bastante loable.
Y sin duda su habilidad para hacer 17000 cosas distintas al tiempo es impresionante, habilidad de la que los hombres carecemos por completo, porque para buscar una dirección tenemos que bajarle el volumen al radio del carro. Si mucho logramos hacer tres cosas al tiempo, pero seguro que dos van a quedar a medias o mal hechas. En cambio a las mujeres las 17000 cosas les quedan bien hechas. Eso si es habilidad.
Por otro lado, ¿quién puede negar la pulcritud y perfección que ponen las mujeres en todo lo que hacen? La chambonada es patrimonio masculino, deberíamos tener la patente. Por supuesto que hay mujeres chambonas y hombres precisos y pulcros, pero son excepciones que confirman la regla. Las mujeres siempre tienen mejor letra, les queda más bonita la cartelera, el regalo hecho a mano si parece un regalo y no un pedazo de arcilla estrellado contra una pared, se les pueden leer con coherencia los apuntes de clase. En fin, les quedan mejor hechas las vainas.
Por estas y muchas otras razones es que las mujeres son las más indicadas para eso de la motricidad fina (que debería ser femefina). El futuro de las artes manuales está en manos femeninas.
Me precio de tener gran habilidad para las manualidades, el maquillaje de bus, las carteleras, el regalo hecho a mano, andar en tacones, planchas de dibujo técnico, y muchas otras cosas, pero yo creo que la naturaleza siempre equilibra las vainas lo mejor que puede, y a mi si me dijeron, lo que le damos de habilidad manual se lo quitamos en la lógica matemática. Chinito yo no me acuerdo de la tabla del ocho, y me averguenza decir que no se dividir bien por 2 cifras. Eso me lo robaron.
ResponderBorrarSi definitivamente las mujeres en eso nos llevan años luz de ventaja, con razón dicen por ahí que las mujeres son digitales y los hombres manuales.
ResponderBorrarDe acuerdo. Me encantaría, sin embargo, que parte de los cursos de motricidad fina incluyera cursos de dicción y de entonación, a ver si por fin logramos que se les entienda, y no que toque ver las películas viejas de Alicia Silverstone y las de Reese Witherspoon para entender qué es lo que pretenden decir.
ResponderBorrarPor lo demás, absolutamente de acuerdo. Es un misterio de la naturaleza que una mujer (no generalizo) a la que le cuesta meter la primera en un carro, pueda en cambio lograr delinear sus ojos perfectamente a pesar de la turbulencia habitual.
Saludos.
Pues yo tengo mejor letra que mis dos hermanas . . . .
ResponderBorrarAdemas cuando hablas de inteligencia, yo preferiria hablar de MULTIPLES INTELIGENCIAS y como estamos dotados para diferentes actividades.
Ay Larguito... no seas resentido!
ResponderBorrarTe quiero ver delineandote los ojos en un bus, o encrespandote las pestañas con una cuchara (con el encrespador de pronto de sacas un ojo).
Yo creo que siempre hay un equilibrio:
Por ejemplo, estamos las que sabemos de manualidades y no tenemos ni idea de cocina (yo, por ejemplo), cuyo destino se hizo sencillo porque tienen al lado uno que cocina como los dioses por ejemplo... Gracias a Dios!
Otro ejemplo: se supone que la mayoría de ellos saben de mecánica automotriz y de computación. En mi caso la que configura con computadores de la casa soy yo!
Todo es un balance.
Interesante Concepto, pero esas habilidades de las que hablas no son dotadas al 100% en todas las mujeres, por ejemplo en mi caso, eso de maquillarme en un bus y andar en tacones es algo en lo que definitivamente la naturaleza no me otorgó el tan preciado don; en cambio, lo de los regalitos hechos a mano, las carteleras y la ya extinta letra "timoteo" fueron, son y seguiran siendo mi fuerte.
ResponderBorrarSaludos Ivan!!!
Las mujeres son benditas
ResponderBorrarellas son el Santo Grial...
Gracias por recordarlo...
Paz&Amor
Isaac
pero claro... los hombres somos unos balurdos.. la gran mayorias de la belleza y la estetica proviene de la mujer... eso lo que tambien significa es que la belleza es extraña y dificil de entender ... como las feminas
ResponderBorrary el gusto por aprender lo tendrian que dar solo hombres! (que ese no se nos olvide)
ResponderBorrarahora que me pongo a verlo, me puse a la tarea de comparar mi caligrafía con la de mi esposa,
ResponderBorrarque horror !