Midiendo ideas

Hablar es una de las cosas en las que más invertimos tiempo y de las que más disfrutamos, especialmente si estamos hablando mierda. Siempre he encontrado un enorme atractivo en decir lo que pienso y discutir con otras personas al respecto, ya sea que estén de acuerdo o no. Pero para nuestra desgracia, cada vez menos esto es posible, pues la gente poco pone de su parte para escuchar las ideas de los otros y debatirlas racionalmente.

Una de las cosas que más agradezco es que a mi alrededor hay gente que abarca muchas áreas de conocimiento. En mi grupo de amigos hay, entre otros, músicos, físicos, ingenieros, literatos y, por supuesto, otros historiadores. Eso ha contribuido a que las conversaciones abarquen un rango muy amplio de temas, lo que ayuda a que uno considere otros puntos de vista. Desde luego no siempre estamos de acuerdo, pero lo importante aquí es que podemos discutir nuestras ideas de forma racional, sin recurrir a insultos propios de foro de El Tiempo o El Espectador. Y eso es raro, como ya dije, pues con el paso del tiempo en Colombia se vuelve cada vez más difícil decir lo que uno piensa sin miedo a que alguien lo insulte o lo agreda, principalmente cuando se tocan temas álgidos. Por ejemplo, en este país hablar mal del presidente Uribe es más imprudente que entrar comiendo chicharrón a una sinagoga, porque no se sabe quién puede estar escuchando; de pronto un fanático de estos del 84%. Este es uno de esos temas en que el debate concienzudo se ha hecho prácticamente imposible en Colombia.

Y todo esto es una lástima, porque hablar puede llegar a ser muy estimulante para el intelecto. Pero si los temas se toman como un campo de batalla donde no hay argumentos sino sólo epítetos insultantes, pues difícilmente se va a poder discutir cualquier tema con mesura ni se van a poder dilucidar cuestiones importantes sobre nuestra realidad. Para debatir se necesita inteligencia y sensatez, dos bienes que empiezan a escasear preocupantemente. Y eso que no tienen acciones en Wall Street ni los afecta el calentamiento global.

Yo no creo que los colombianos seamos brutos, pero si creo que a la gran mayoría le da pereza usar la inteligencia y se cierra a cualquier otro punto de vista fuera del propio, cierra sus cerebros a cualquier cosa que no sea el terreno en el que pisan firme, ya sea su religión, su profesión o su crianza particular. Para mí eso es una falencia grande, pues más allá de que no podamos entender todo, porque así es, es posible acercarse a terrenos que no conocemos y hacer el intento de comprender, así sea en un nivel superficial, lo suficiente para darnos la posibilidad de entender otra visión de las cosas.

Pero contra la pereza mental no se puede. Si la gente no quiere aumentar su acervo de cultura, de conocimientos, pues no hay modo. Se puede dar de comer, pero no se pueden dar ganas de comer. No hay conocimientos inútiles, lo que si es inútil (y peligroso) es la ignorancia.


***

Aparte: el gobierno me tiene fascistidiado y conmocionado interiormente.




Comentarios

  1. la inteligencia, la hay; de eso no cabe duda, el problema también es la pereza mental que a muchos aqueja.
    Lo que me conmociona es no poder dar una opinión, por ejemplo, política sin que lo tachen o de uribista o antiuribista, es deprimente que uno tenga que estar de un lado para poder decir lo que piensa. eso no es libertad de prensa, eso no es libertad de pensamiento...

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  2. El problema es la intolerancia, es raro tener una conversación de altura sin que alguien lo contradiga a uno. Y fíjese usted, la verdad es que cada día es más difícil tener una conversación inteligente, dese cuenta y verá la mayor parte del tiempo uno se la pasa trabajando, por ejemplo. Por eso han ganado popularidad los blogs, pues constituyen una forma de tener una conversación inteligente, aunque no sea en tiempo real; claro siempre depende del interlocutor.

    Salú pue.

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  3. Querido amigo

    La verdadera revolución
    no se hace
    cambiando a los demás
    sino cambiándose a uno mismo
    ese es el campo de batalla
    donde hemos de librar
    nuestras guerras santas...

    Paz&Amor

    Isaac

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  4. Esta discusión me recuerda a los populares juegos de rol en los que el personaje tiene ciertos atributos como son fuerza, constitución, inteligencia, sabiduría, destreza, y en algunos casos, hay más.

    Basándome en eso, creo que el problema radica en la falta de sabiduría (considero que la sensatez es elemento de aquella), y no en la inteligencia de los individuos. La discusión entre dos personas insensatas es la discusión entre dos personas poco sabias, y eso es lo más parecido que puede haber a una pelea de dos Pitbull.

    En cuanto a lo de la conmoción interior, yo considero que el Gobierno ahora sí perturbó el orden público. ¿Y en ese caso quién podría defendernos del defensor?

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  5. A mi a veces me da pesar que no se pueda opinar, porque debe de haber miles de voces que tienen cosas muy interesantes que decir, y los que queremos escuchar no podemos hacerlo. Tal vez las soluciones las tienen algunos que nunca van a poder hablar con seguridad.
    Que bueno que estés rodeado de tanta biodiversidad intelectual.
    PD. a mi tmb me tiene fastidiada.
    Un abrazo

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  6. como bien dijo alguien que ya no me acuerdo

    "Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y que muera el que no piense como yo"

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