La era Obama... por Pilar Castaño
Ayer, Barack Obama se posesionó como presidente de los Estados Unidos, en medio de un revuelo impresionante por lo que este hecho significa y que los periodistas, en un impostado discurso políticamente correcto, no cesaron de señalar: es la primera vez que un negro (afrodescendiente, polticorrectamente hablando) llega a la presidencia de este país, uno de los más racistas que ha existido. Sin duda un hito histórico de importancia.
Pero gran parte del revuelo fue también por el enorme cambio que se operó. Por fin se acabó la, por decir lo menos, nefasta presidencia de George W. Bush, salió de la Casa Blanca (debió haber salido esposado) este señor que en ocho años regresó a la humanidad como diez siglos, dejó a su país en un estado lamentable y al mundo sumido en un caos financiero. Su cacareada "guerra contra el terror" no logró absolutamente nada, más allá de asesinar iraquíes y afganos y crear un clima de paranoia apenas descriptible. Y en el cinismo más absurdo, aseguró que su política fue la que impidió que los terroristas atentaran de nuevo contra Estados Unidos y que la historia lo juzgará de manera benevolente por sus acciones. Una estupidez apenas comparable a la de José María Aznar, que en una entrevistá afirmó que Bush es un gran estadista (!). A duras penas puede uno contener la carcajada.
En fin, salió Bush y por fin se posesionó Obama, en un evento enormemente concurrido, con gente de muchas partes que quizo llegar a ver este evento. Esto es la muestra de la principal característica de lo que es el fenómeno Obama: la esperanza. No existen certezas de que Obama va a sacar a Estados Unidos del pantano y a mejorar sus relaciones con el mundo, pero existe una esperanza gigantesca en que así será. Millones de estadounidenses así lo esperan, y ese es el principal capital con el que empezará a trabajar Obama. Toda esa gente en el National Mall así lo demuestra. Lo que se espera es un cambio drástico y trascendental. Ojalá así sea. O por lo menos que cambie un poquito.
Por supuesto no estuvo ausente ese talento innato que tienen los gringos para convertirlo todo en un centro de atracciones tipo Disneylandia. Se montó un perfecto espectáculo, con venta, y reventa, de boletas, transmisión segundo a segundo por televisión y demás cosas. Entusiasmo mediático al que se sumaron los medios colombianos, con sus enviados especiales y sus especialistas en estudio. Entusiasmo desbordado en mi opinión. Una cobertura más discreta hubiera servido al propósito: al fin y al cabo, aunque muchos quieran parecerlo, no somos gringos, y tanto entusiasmo por la era Obama no es bueno, porque aunque sea mejor que Bush y quiera cambiar muchas cosas, no por eso deja de ser gringo y de dirigir el mismo imperio. Es bueno ver a un tipo como Obama en esa presidencia, pero no creo que tanto revuelo en este país sea necesario, e incluso a veces raya en el ridículo.
Siguiendo con los canales colombianos, uno entiende que al estudio lleven a gente como Diana Uribe (que está sobrevalorada, pero la señora sabe), María Emma Mejía o el expresidente Gaviria. Estos son personajes que entienden de historia y política, los temas de importancia en esta ocasión. Pero me pareció sumamente absurdo ver a Pilar Castaño comentando en la transmisión. No lo podía creer. El mundo presenciaba un evento de importancia histórica y política, y a los señores de los medios colombianos se les ocurre invitar a Pilar Castaño a comentar sobre vestidos y corbatas y demás nimiedades de moda.
Supongo que las perlas de Michelle Obama, o su impecable vestido, van a ser de suma importancia durante la presidencia de su esposo. Uno nunca sabe cuando ese collar pueda resolver una crisis internacional. Y claro, no podemos soslayar el erudito comentario de Pilar Castaño al señalar a la señora Obama como la "Jackie Kennedy negra". Dios nos libre de olvidar dato de tal trascendencia. Sin duda la elegancia de Michelle Obama (que la tiene, no lo voy a negar) va a ser determinante durante las cumbres del G8, o para que firmen la porquería de TLC que tan desesperadamente quieren los chupasangres empresarios colombianos, o para que Estados Unidos deje de ser tan infame y deje de bloquear las resoluciones de la ONU contra la ofensiva israelí en Gaza. Esos tacones que tenía puestos van a ser determinantes en la solución de la crisis energética y del calentamiento global, acuérdense de mí.
Que falta de seriedad. Una vez más los canales colombianos se han superado en su titánica capacidad para la babosería. Una vez más, han demostrado su inquebrantable compromiso con la mediocridad y la farandulería.
Pero gran parte del revuelo fue también por el enorme cambio que se operó. Por fin se acabó la, por decir lo menos, nefasta presidencia de George W. Bush, salió de la Casa Blanca (debió haber salido esposado) este señor que en ocho años regresó a la humanidad como diez siglos, dejó a su país en un estado lamentable y al mundo sumido en un caos financiero. Su cacareada "guerra contra el terror" no logró absolutamente nada, más allá de asesinar iraquíes y afganos y crear un clima de paranoia apenas descriptible. Y en el cinismo más absurdo, aseguró que su política fue la que impidió que los terroristas atentaran de nuevo contra Estados Unidos y que la historia lo juzgará de manera benevolente por sus acciones. Una estupidez apenas comparable a la de José María Aznar, que en una entrevistá afirmó que Bush es un gran estadista (!). A duras penas puede uno contener la carcajada.
En fin, salió Bush y por fin se posesionó Obama, en un evento enormemente concurrido, con gente de muchas partes que quizo llegar a ver este evento. Esto es la muestra de la principal característica de lo que es el fenómeno Obama: la esperanza. No existen certezas de que Obama va a sacar a Estados Unidos del pantano y a mejorar sus relaciones con el mundo, pero existe una esperanza gigantesca en que así será. Millones de estadounidenses así lo esperan, y ese es el principal capital con el que empezará a trabajar Obama. Toda esa gente en el National Mall así lo demuestra. Lo que se espera es un cambio drástico y trascendental. Ojalá así sea. O por lo menos que cambie un poquito.
Por supuesto no estuvo ausente ese talento innato que tienen los gringos para convertirlo todo en un centro de atracciones tipo Disneylandia. Se montó un perfecto espectáculo, con venta, y reventa, de boletas, transmisión segundo a segundo por televisión y demás cosas. Entusiasmo mediático al que se sumaron los medios colombianos, con sus enviados especiales y sus especialistas en estudio. Entusiasmo desbordado en mi opinión. Una cobertura más discreta hubiera servido al propósito: al fin y al cabo, aunque muchos quieran parecerlo, no somos gringos, y tanto entusiasmo por la era Obama no es bueno, porque aunque sea mejor que Bush y quiera cambiar muchas cosas, no por eso deja de ser gringo y de dirigir el mismo imperio. Es bueno ver a un tipo como Obama en esa presidencia, pero no creo que tanto revuelo en este país sea necesario, e incluso a veces raya en el ridículo.
Siguiendo con los canales colombianos, uno entiende que al estudio lleven a gente como Diana Uribe (que está sobrevalorada, pero la señora sabe), María Emma Mejía o el expresidente Gaviria. Estos son personajes que entienden de historia y política, los temas de importancia en esta ocasión. Pero me pareció sumamente absurdo ver a Pilar Castaño comentando en la transmisión. No lo podía creer. El mundo presenciaba un evento de importancia histórica y política, y a los señores de los medios colombianos se les ocurre invitar a Pilar Castaño a comentar sobre vestidos y corbatas y demás nimiedades de moda.
Supongo que las perlas de Michelle Obama, o su impecable vestido, van a ser de suma importancia durante la presidencia de su esposo. Uno nunca sabe cuando ese collar pueda resolver una crisis internacional. Y claro, no podemos soslayar el erudito comentario de Pilar Castaño al señalar a la señora Obama como la "Jackie Kennedy negra". Dios nos libre de olvidar dato de tal trascendencia. Sin duda la elegancia de Michelle Obama (que la tiene, no lo voy a negar) va a ser determinante durante las cumbres del G8, o para que firmen la porquería de TLC que tan desesperadamente quieren los chupasangres empresarios colombianos, o para que Estados Unidos deje de ser tan infame y deje de bloquear las resoluciones de la ONU contra la ofensiva israelí en Gaza. Esos tacones que tenía puestos van a ser determinantes en la solución de la crisis energética y del calentamiento global, acuérdense de mí.
Que falta de seriedad. Una vez más los canales colombianos se han superado en su titánica capacidad para la babosería. Una vez más, han demostrado su inquebrantable compromiso con la mediocridad y la farandulería.
Aunque no tuve la "fortuna" de ver el espectáculo, doy gracias por la existencia de estos medios alternativos, que evitan algunas náuseas, y otros malestares. Si el collar de la reina Isabel sirvió para descubrir América, quién sabe de qué será capaz el collar de Michelle Obama.
ResponderBorrarMuy buen ingreso.
Estábamos de acuerdo hasta el último párrafo...
ResponderBorrar"Una vez más los canales colombianos se han superado en su titánica capacidad para la babosería"
Por lo menos allá la maricada ya se les acabó, aquí llevamos 48 horas de transmisión, re transmisión, análisis, re análisis, entrevistas, re entrevistas. No te voy a decir mentiras, pero HOY canaliando pude ver:
1. La entrevista a la mamá, o tía del diseñador del traje de la señora Obama en donde le preguntaban si ella le había enseñado al tipito a coser.
2. Tres veces, al mismo tiempo, por 3 canales diferentes, la misma entrevista a Beyonce llorando porque se había emocionado cantando "At laaaast", porque AT LAST habían cambiado de presidente.
3. Una entrevista al tipo que construyó un modelo en LEGOs de la ceremonia en la que se notaba que el tipo estaba MAMADO de oir las mismas 4-5 preguntas (cuando y a qué horas se le ocurrió? quien le ayudó? cuanto se demoró? que le dijo Obama cuando se enteró?)
4. Dos veces, una Shakira hablando en un inglés FRONDIO de que tan emocionada estaba y qué tan significativo era para su Argent--- Colombia.
5. Una entrevista a TOM CRUISE hablando uno de sus hijos adoptivos, el negrito Keniano creo. Y de cómo EL, el maravilloso Tom, mas que ningún otro ser en el planeta entendía el significado de la presidencia de un negrito.
6. La babosa de Oprah W. hablando de como ELLA es fantabulosa y de cuanto admiraba a la señora Obama, especualmente porque la mujer había podido soportar todo el día en tacones... oh my god!!!
Bueno es culantro, pero tampoco tanto!!
Yo también pienso que hicieron más de la cuenta con esa transmisión. Ya estaba aburrida de solo ver Obama, y que los niños que bautizaron como Obama y Michelle, y que los bailes tipicos y nosequé. Yo acepto y espero que este es un cambio radical para la politica mundial, que el hombre es una pequeña luz de esperanza en medio de tanto caos y guerra, pero política es política, y él irá por los intereses de su pueblo, el hecho de que sea negro o que sus políticas revolucionarias no es garantía de que sea el redentor del mundo.
ResponderBorrarChévere por lo de Guantánamo, en serio, es un sitio macabro. Esperemos pues que este no se tuerza en 6meses.
Por lo de Pilar Castaño si que desgracia, pero bueno, esa es la televisión que consumimos los colombianos. Totalmente absurda.
Tiene usté toda la razón, pero ya no se debe extrañar uno de nada. Todos los medios repetían que el vestido que llevaba puesto doña Obama era de una diseñadora cubana, que ese era un mensaje de buena voluntad para los cubanos y la comunidad hispana.
ResponderBorrarEn fin, el circo se termina, ahora viene la vida real para Súper Obama.
Salú pue.
Hola Iván, que buen post
ResponderBorrarLo peor es esa sensación de "no sé qué irá a hacer ahora" que le llega auno cuando gringolandia cambia de presidente.
Además Obama pinta muy bueno en los medios para ser real.
Saludos desde Don Blog Pérez.