Cuando los sistemas atacan
Es bien conocido ese adagio que reza que "la necesidad es la madre de todos los inventos". La historia humana está llena de ejemplos de esto. Pero en estos tiempos posmodernos parece que las cosas se hubieran invertido, haciendo que sean los inventos los que crean la necesidad. El celular es el ejemplo más notorio: antes todo el mundo podía ponerse de acuerdo, concertar citas y encontrarse sin necesidad de llamarse por celular cada 30 segundos. Sin embargo, ahora parece que sin este dichoso aparato nadie pudiera concertar nada. Y no hablamos de los episodios de histeria que causa en algunas personas, especialmente adolescentes, el olvido del celular en la casa, porque eso ya lo documentó con la suficiente hilaridad el señor Andrés López. Y así con otras cosas. Los inventos de la era espacial han llegado para quedarse.
Cómo no hablar de los sistemas informáticos, inventados para solucionar los problemas de manejo de información de entidades, oficinas, institutos, universidades, etc. En vista de que la información por manejar era tanta, los sistemas surgieron como una solución de manejo y organización que buscaba facilitar a las personas el acceso a estos datos y su control. Por mucho tiempo funcionó. Pero creo que la temida rebelión de las máquinas profetizada por Terminator y Matrix está comenzando, porque hoy en día los sistemas no están facilitando las cosas, sino que las están complicando.
Me refiero específicamente al sistema de las universidades, la Nacional en mi caso. El SIA (favor no confundir con la CIA, aunque los dos tienen la posibilidad de arruinar la vida de mucha gente. Tal vez algún día el SIA también ponga y quite dictadores), o Sistema de Información Académica, es el sistema que se ha convertido en la pesadilla de miles de estudiantes de la Universidad Nacional. Gracias a este invento (ayudado además por la reforma académica a la que fue sometida la universidad), la inscripción de materias se ha convertido en un indecible viacrucis.
Porque erase una vez una universidad en la que la inscripción de materias se hacía de forma manual, llenando un formato con las asignaturas que el estudiante deseaba tomar. Sin embargo, con la cantidad enorme de estudiantes que tiene la Nacional, era apenas lógico que se buscara una forma de hacer esta inscripción de forma más expedita y cómoda, tanto para los funcionarios de la universidad como para los estudiantes. Así nació el SIA, como una solución a este pandemónium de información. Generó traumatismos al principio, claro, pero de a pocos logró que la inscripción fuera menos complicada y más rápida. Cumplía con su cometido, aun con sus errores y problemas, que todo sistema tiene.
Pero poco a poco se corrompió y pasó a ser un escalón más en la burocracia. Empezó a poner más problemas y problemas, complicaba el más simple de los trámites. Hasta llegar al momento actual, primer semestre del 2009, en el que decidió joder a todo el que pudo y ponerle todas las trabas posibles: aún más que en una oficina gubernamental. Con la reforma académica, que generó un cambio en las historias académicas, se unieron para que los cambios en las historias fueran un caos: que las materias aparecieran mal o no aparecieran, o aparecieran donde no debían estar. Y en su forma de más refinada tortura mental, logró que las materias necesarias no se pudieran inscribir, incluso siendo la última que falta por ver, el trabajo de grado (supongo que ya infirieron que este es mi caso). Por supuesto los niveles de estrés del estudiantado han subido como los precios de la canasta familiar, o los ingresos de los políticos, y el odio hacia el SIA se ha convertido en un mal endémico entre los estudiantes, cuyo descontento ya se ha manifestado hasta en la formación de grupos en Facebook, como este y este, donde incluso se ha rebautizado al sistema como Sistema de Inmunodeficiencia Administrativa y Sistema de Inoperancia Académica. Hay que ver lo creativo que es uno cuando está lleno de odio.
Uno se debate entre la inmolación o enviar a los abogados de la moto, porque la paciencia escasea frente a los problemas que pone este mugroso sistema. A todo lado que uno llama para averiguar sobre su situación académica, le dicen que hay que esperar o lo mandan a llamar a otro lado a ver qué es lo que pasa, lanzándose la pelota entre todos, pero nadie soluciona nada. Que desgracia. Mientras tanto uno penando porque no puede inscribir la pelotuda materia. Sólo queda confiar en la palabra de las secretarias, verdaderas mentes maestras que manejan los hilos de la burocracia (por lo que nunca hay que pelear con una de ellas), que dicen que poco a poco se va a solucionar todo este estercolero que ha sido la inscripción de asignaturas y los cambios en las historias académicas.
En fin, a todos alguna vez en la vida un sistema nos ha perjudicado la vida. Como me dijo un amigo, que es ingeniero de sistemas, cuando me preguntó cuál era mi quejadera con el SIA y yo le conté mi rosario de penas informáticas: "usted ya es parte del selecto 97.87% de personas en el mundo que le deben su infelicidad a algún ingeniero de sistemas". Ciertamente así es.
¡¡¡Arréglate SIA, maldita sea!!!
Post-madrazo: La vida es una cosa curiosa y divertida. Como la cuestión con el SIA ha sido un desastre, me tocó inscribir las materias de la maestría con el formato, a mano, igual que hacían los estudiantes antaño. De vuelta al origen. Tanto avanzar para volver a lo mismo. Supongo que es una versión posmoderna del círculo de la vida.
P.D. Un saludo a los compañeros de la U. Distrital (y en general a todos los que un sistema les ha desgraciado la vida, como el Power Point cuando la presentación no abre, y cosas por el estilo) que también están sufriendo con el sistema, el tal Cóndor. Creo que muchos están pensando en asesinar ese cóndor, estén o no estén en vía de extinción.
Cómo no hablar de los sistemas informáticos, inventados para solucionar los problemas de manejo de información de entidades, oficinas, institutos, universidades, etc. En vista de que la información por manejar era tanta, los sistemas surgieron como una solución de manejo y organización que buscaba facilitar a las personas el acceso a estos datos y su control. Por mucho tiempo funcionó. Pero creo que la temida rebelión de las máquinas profetizada por Terminator y Matrix está comenzando, porque hoy en día los sistemas no están facilitando las cosas, sino que las están complicando.
Me refiero específicamente al sistema de las universidades, la Nacional en mi caso. El SIA (favor no confundir con la CIA, aunque los dos tienen la posibilidad de arruinar la vida de mucha gente. Tal vez algún día el SIA también ponga y quite dictadores), o Sistema de Información Académica, es el sistema que se ha convertido en la pesadilla de miles de estudiantes de la Universidad Nacional. Gracias a este invento (ayudado además por la reforma académica a la que fue sometida la universidad), la inscripción de materias se ha convertido en un indecible viacrucis.
Porque erase una vez una universidad en la que la inscripción de materias se hacía de forma manual, llenando un formato con las asignaturas que el estudiante deseaba tomar. Sin embargo, con la cantidad enorme de estudiantes que tiene la Nacional, era apenas lógico que se buscara una forma de hacer esta inscripción de forma más expedita y cómoda, tanto para los funcionarios de la universidad como para los estudiantes. Así nació el SIA, como una solución a este pandemónium de información. Generó traumatismos al principio, claro, pero de a pocos logró que la inscripción fuera menos complicada y más rápida. Cumplía con su cometido, aun con sus errores y problemas, que todo sistema tiene.
Pero poco a poco se corrompió y pasó a ser un escalón más en la burocracia. Empezó a poner más problemas y problemas, complicaba el más simple de los trámites. Hasta llegar al momento actual, primer semestre del 2009, en el que decidió joder a todo el que pudo y ponerle todas las trabas posibles: aún más que en una oficina gubernamental. Con la reforma académica, que generó un cambio en las historias académicas, se unieron para que los cambios en las historias fueran un caos: que las materias aparecieran mal o no aparecieran, o aparecieran donde no debían estar. Y en su forma de más refinada tortura mental, logró que las materias necesarias no se pudieran inscribir, incluso siendo la última que falta por ver, el trabajo de grado (supongo que ya infirieron que este es mi caso). Por supuesto los niveles de estrés del estudiantado han subido como los precios de la canasta familiar, o los ingresos de los políticos, y el odio hacia el SIA se ha convertido en un mal endémico entre los estudiantes, cuyo descontento ya se ha manifestado hasta en la formación de grupos en Facebook, como este y este, donde incluso se ha rebautizado al sistema como Sistema de Inmunodeficiencia Administrativa y Sistema de Inoperancia Académica. Hay que ver lo creativo que es uno cuando está lleno de odio.
Uno se debate entre la inmolación o enviar a los abogados de la moto, porque la paciencia escasea frente a los problemas que pone este mugroso sistema. A todo lado que uno llama para averiguar sobre su situación académica, le dicen que hay que esperar o lo mandan a llamar a otro lado a ver qué es lo que pasa, lanzándose la pelota entre todos, pero nadie soluciona nada. Que desgracia. Mientras tanto uno penando porque no puede inscribir la pelotuda materia. Sólo queda confiar en la palabra de las secretarias, verdaderas mentes maestras que manejan los hilos de la burocracia (por lo que nunca hay que pelear con una de ellas), que dicen que poco a poco se va a solucionar todo este estercolero que ha sido la inscripción de asignaturas y los cambios en las historias académicas.
En fin, a todos alguna vez en la vida un sistema nos ha perjudicado la vida. Como me dijo un amigo, que es ingeniero de sistemas, cuando me preguntó cuál era mi quejadera con el SIA y yo le conté mi rosario de penas informáticas: "usted ya es parte del selecto 97.87% de personas en el mundo que le deben su infelicidad a algún ingeniero de sistemas". Ciertamente así es.
¡¡¡Arréglate SIA, maldita sea!!!
Post-madrazo: La vida es una cosa curiosa y divertida. Como la cuestión con el SIA ha sido un desastre, me tocó inscribir las materias de la maestría con el formato, a mano, igual que hacían los estudiantes antaño. De vuelta al origen. Tanto avanzar para volver a lo mismo. Supongo que es una versión posmoderna del círculo de la vida.
P.D. Un saludo a los compañeros de la U. Distrital (y en general a todos los que un sistema les ha desgraciado la vida, como el Power Point cuando la presentación no abre, y cosas por el estilo) que también están sufriendo con el sistema, el tal Cóndor. Creo que muchos están pensando en asesinar ese cóndor, estén o no estén en vía de extinción.
EEE muy bueno pero mijo le falto el clásico "Sistema de Ineptitud Académica" y ojala se arregle antes del sabado q inscribo yo, jiji
ResponderBorrarAtt: La Rata
El SIA es un sistema de información creado en españa por el cual la universidad paga una millonada de "arriendo" porque ni siquiera es comprado y todas las modificaciones que hace la universidad quedan a nombre de dicha empresa llamada universitas (o al menos eso dicen los profesores de la U).
ResponderBorrarQue incompetencia la de los españoles, acá cualquiera puede hacer un sistema mucho mejor con un año de tiempo y recursos, y hasta saldría mas barato, que tristeza.
aish, me hace falta la universidad, el SIA y todos los problemas, a pesar de todo jejeje. Y bueno, sí conozco mucha gente que anda embolatadísima con la inscripción de materias, hasta pudieron ver materias que antes ni soñar, por ejemplo, unas de ingeniería química. *plop*.
ResponderBorrarjajaja Iván, me quitó las palabras de la boca, yo también tenía pensado hablar sobre el aclamado sistema de informacion ese chichipato.
ResponderBorrarYo entré a la UN cuando ya el SIA estaba establecido, así que no conocía lo anterior... por supuesto toda mi carrera fue un eterno problema, nunca me entraba en los horarios establecidos, siempre que lo lograba ya estaban llenas las electivas deseadas... jor dicho, un espanto esa cosa.
Lástima que no sea un sistema robusto que soporte el uso y el abuso.
Un abrazo y gracias por compartirle al mundo este desastroso problema jaja
97.84% y yo que crei q eramos mas, solo q a mi me toca lidear con la ineptitud de todo un departamento de sistemas q no sirve para nada en el trabajo, el sistema para inscribir materias de mi universidad es perfecto, de ese no me puedo quejar.
ResponderBorrarjajajaj es cierto compa, en mi caso, desde que entré a la universidad la matrícula me ha tocado en línea, pero si la realizo por Firefox no me la lee, toca usar el explorer.
ResponderBorrarHace poco reformaron la página Web de la universidad y en este caso la matrícula fue toda una odisea... ahora voy a la universidad y miro con algo de ira los estudiantes de ingenierías.
Saludos desde Don Blog Pérez.
jajajajajaja
ResponderBorrarSiempre tan gracioso!!!
Te bendigo, amigo
Isaac
Yo conozco dos personas que no tienen celulcar, una nunca lo ha tenido, y la otra lo desecho hace un par de años y viven perfectamente bien, creo que son los otros los que se acomodan a los que no tienen celuclar y no uno a ellos.
ResponderBorrarEl famoso escritor español Marias, jamaz ha tenido un computador y vive tranquilo y dichoso sin tal aparato.
Es cuestion de costumbres.
el sistema ataca, las palabras contraatacan...
ResponderBorrarsuerte con el inicio de semestre, poco virtual, mucho más real
ala eso al parecer es en casi todo antro académico.. je je je, pero existieron dos que la verdad eran para destrozar a cualquiera, uno era redcampus (ucentral) y el otro Génesis (uniminuto),
ResponderBorraresos si que era para incrutar la cabeza en el monitor
¡¡Sede Medellín presente en contra del SIA!! El caos de ayer para la modificación de la matrícula no lo había visto en los nueve semestres que llevo en la U... ¡Gente hasta peleando en la fila para entrar a las salas de computadores! Ya el color granate del pantallazo inicial me produce náuseas. Mucha suerte en el resto de semanas de modificación.
ResponderBorrarPor lo menos los de la distrital no somos los unicos, si quieren ver nuestra odisea, vean en youtube un video q se llama niño aleman inscribiendo materias en condor, y veran que amaran a SIA.
ResponderBorrarSaludos