Inviable

Leo en la revista Soho de este mes un especial de humor sobre nueve razones por las cuales Colombia es un país inviable. Me imagino que a los patriotas fervorosos y obcecados les habrá parecido un exabrupto digno de terroristas. A mí me pareció muy bueno: unos artículos más que otros, pero en general bastante entretenidos. Y lo son porque se ríen de este país extraño y complejo en el que vivimos, el cual algunos ven perfecto de un tiempo para acá. Pero sabemos que no es así, ¿verdad? En fin...

En efecto, este es un país inviable. No sólo por los evidentes problemas que tiene, sino porque hay gente segura de la inexistencia o poca importancia de dichos problemas, además de pensar en nuestra posición de segundo país más feliz del mundo (!!!) como la máxima muestra de lo bien que van las cosas aquí. Ínfimo consuelo. Eso evidencia es un problema de memoria y de aletargamiento frente a la realidad.

Este especial de Soho, en mi opinión, resalta una de las cosas que tenemos los colombianos para soportar el mundo y para salir adelante: el humor. Elemento infalible de crítica, el humor nos permite ver nuestras desgracias y reírnos. También es una puerta para ver los problemas que nos aquejan y empezar a buscar soluciones. Eso claro, cuando no hay algún loco amenazando y llamando al humorista apátrida, comunista o alguna cosa de esas. Resumiendo, estas burlas de nosotros mismos son necesarias y útiles.

La lectura de los artículos me hizo reflexionar, y creo conocer más razones fuera de esas nueve para pensar en la inviabilidad de Colombia.

- No puede ser viable un país cuyos líderes espirituales son el ex-padre Gallo, el siempre imbécil padre Chucho y Jorge Duque Linares. A punta de consejos dulzones y cantos desafinados, ortodoxia católica recalcitrante y retrógrada, aun cuando esté enfundada en saco Lacoste, y programas de televisión y libros con soluciones obvias, ningún país sale adelante. Y menos si dichos hombres ocupan espacio sustancial en la programación televisiva nacional.

- Es inviable un país donde hay gente capaz de considerar a José Obdulio Gaviria y Fernando Londoño intelectuales de marca mayor. Las palabras rebuscadas no hacen conocimiento porque sí, y todavía menos cuando se usan para rescatar doctrinas de probada vía hacia la violencia y la intolerancia.

- Mientras se piense que usar amarillo, azul y rojo hasta en la ropa interior es muestra de amor por el país, no llegaremos a ningún lado. La patria es más que eso. Por alguna razón, especialmente cuando están en el exterior, los colombianos se sienten obligados a mostrar en todo momento el país de su procedencia. Sólo pensar en alguien con sombrero vueltiao en el Louvre, caminando por ahí y haciendo escándalo, me da escalofríos.

- Es inviable un país que se consuele, y más que eso, se enorgulleza hasta la rabia, por vainas tan estúpidas e irreales como tener el " segundo himno más bonito del mundo". El mismo cuento tienen otros países. Nadie nunca hizo un concurso, así que tal argumento es risible (¿Hubo un top 10 de Vh1 del que no me enteré?).

- Creer que los paisajes, lo mares, las cordilleras, las selvas, los bosques, etc., son sufuciente argumento para ser el mejor país del mundo es otra tontería. De nada sirven los recursos si no se saben aprovechar. Otros países con menos hacen más. Aquí les dejamos las tierras a los ricos para que pasten sus vaquitas. ¿Sembrar? Eso para qué.

- Inviable es un país que ve en la frase "en este gobierno no hay tiempo para pensar" una cualidad y no un defecto. Y la cosa se agrava al ver que quieren reelegir dicho gobierno. Mientras la acción irreflexiva sea considerada mejor que la ponderación de posibilidades, la bravuconería mejor que la cordialidad y el respeto, no vamos a llegar a ningún Pereira.

- Para ningún lado puede ir un país que expresa su orgullo patrio por medio de la campaña "Colombia es pasión". De falsedad no se les puede acusar a los creadores, pues sin duda Colombia es más pasión que razón. Pero en serio que, por lo menos a mí, dicha campaña no me despierta ni el más mínimo asomo de orgullo patrio. Y mucho menos la de "Colombia: el riesgo es que te quieras quedar". En efecto, es riesgoso: señor extranjero, ¡huya mientras pueda! Más orgullo patrio siento de la selección de fútbol NO clasificada al mundial.

- Colombia es inviable porque hay cosas como los falsos positivos, Agro Ingreso Seguro y las chuzadas, y porque a la gente parecen no afectarle esos escándalos. No les parece grave que el Ejército, una fuerza armada y apertrechada por nuestros impuestos para que nos proteja, un buen día decida matar jóvenes incocentes, o que el gobierno regale los bienes estatales a sus amigos ultramillonarios.

- Es inviable un país que convierte a sus criminales en héroes. Y los pone en horario triple A para ilustración de su juventud.

- Inviable es un país donde las entrevistas a grandes personajes como Vicente Fernández o Roberto Gómez Bolaños las hace Jota Mario Valencia, un hombre que ya tiene su puesto ganado en el salón de la fama de los ridículos más grandes de la historia de la televisión. Pésimo entrevistador.

- ¿Cómo va a ser viable un país donde María Isabel Rueda es la periodista del año?

- Nos vanagloriamos del español mejor hablado, pero la gente no duda en decir 'accequible'. Cuando se les corrije la ortografía o se emberracan, o salen con la mediocre y dicen "ay, pero me entendió". En este país, una de las mejores formas de hacerse odiar es corregir la forma de hablar de alguien. Eso, y criticar al mesías del Ubérrimo, claro.

- Para ningún lado va un país que vea en Andrés Felipe Arias un candidato serio a la presidencia. Un ser humano que basa su vida en parecerse a alguien más es lo más patético que hay. Sin mencionar que es un hampón de aquí a la luna.

- Somos inviables porque la gente deja su formación política a cargo de Vicky Dávila, Claudia Gurissati y Jaime Bayly. Porque Juanes y Shakira son considerados símbolos patrios y hablar mal de ellos y no gustar de su 'música' es considerado anti-patriota. Porque la opinión de un extranjero sólo es valiosa si habla bien del presidente. Porque El Tiempo es de los Santos y los Santos son afectos incondicionales del gobierno.

- Somos inviables porque el Procurador es un inquisidor. Porque el Opus Dei está en el gobierno, así como el narcotráfico. Porque aquí es más grave un aborto que un robo a una entidad estatal.

- No por muchas veces repetir que este es "el mejor vividero del mundo", efectivamente lo es. Eso es como creer que al repetir tres veces Beetlejuice el personaje va a aparecer, o comprar un camión con la esperanza de que se convierta en Optimus Prime. Las cosas buenas que tenemos no nos deben impedir ver todo lo malo que nos aqueja.

¿Cómo hacerlo viable? Dándole la cara a la realidad, dejando las afirmaciones altisonantes sin ninguna base en la realidad. Trabajando por el país. Se es más patriota pagando los impuestos que colgando banderas hasta en el inodoro, exigiendo claridad y honestidad a quienes nos gobiernan que alabándolos porque RCN así nos lo dice. Edgard Abbey dijo alguna vez que "patriota es el que está dispuesto a defender su país contra su gobierno", y creo que ahí está el quid del asunto. Mientras se siga considerando que la crítica es muestra de terrorismo, nuestro futuro como país está condenado.


Comentarios

  1. Como éste parece ser el país de los imposibles-posibles,no es de extrañar que sin darnos cuanta nos estemos yendo de culo pal estanco.

    Por cierto, yo también leí algunos de esos artículos y creo que en medio de esa gracias con la que escriben sus por qués, mas de uno tiene mucha razón, incluyendo este post.

    Un saludo
    Un saludo...

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  2. Excelente post. Ya lo que se siente cada vez que se destapa una olla podrida y a la semana siguiente es olvidada va más allá del desconsuelo y la impotencia.

    Y lo del país más feliz del mundo creo que se debe a que como buenos colombianos, desde chiquitos nos tienen acostumbrados a "dar gracias por lo que tenemos"; a que siempre que pregunten "¿cómo está?", contestemos con un hipócrita "súper bien"... es mala educación expresar inconformismo, es desagradecimiento querer más. Simpre he culpado a la crianza católica por este defecto tan patético.

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