¿Latinoamérica unida?
Nos es familiar a todos esta imagen: el mochilero, tal vez identificado a sí mismo como hippie (aunque ya la fecha de caducidad de ese movimiento pasó hace rato), con el sueño de recorrer toda América Latina, de punta a punta, de México a la Argentina, o al contrario, o como sea. Por supuesto, el recorrido debe ser en las condiciones más adversas posibles, léase durmiendo en el piso o a la intemperie, viajando en camiones con animales o en buses en extremo baratos. Ahí reside la gracia del viaje por nuestra América, América Latina, la Indoamérica de Víctor Raúl Haya de la Torre.
Pero siento decirle a los señores hippies trasnochados que el sueño del viaje se les puede estar embolatando. Porque de la América Latina unida que soñaron muchos hombres y mujeres de este continente, poco queda (nunca hubo mucho, siendo sinceros). Todas las razones que podríamos tener para unirnos parecen ser pocas contra los egos desmedidos de nuestros gobernantes, los nacionalismos irracionales y patrioteros alentados por ellos y abrazados con fervor por sus pueblos ignorantes y fácilmente inflamables.
Las guerras centroamericanas; Argentina y Uruguay con sus líos por las papeleras en la frontera; Brasil abusando de Paraguay y por lo tanto Paraguay odiando a Brasil; los supuestos espionajes entre Chile y Perú; el resentimiento de Bolivia con Chile por la salida al mar robada hace tanto tiempo. Y todo eso sazonado por la sempiterna lucha entre la izquierda y la derecha, con todos sus matices. Así, ¿cuál Latinoamérica unida?
Y no olvidemos a Colombia y Venezuela, cuyos mandatarios se han enfrascado en un enfrentamiento en donde los más afectados son los pueblos que tanto dicen amar. El megalómano veneco tumba puentes y cierra fronteras, impide el comercio y condena a cientos al hambre y la carestía. El chibchombiano, calladamente, aprovecha la situación para incitar el odio hacia su colega de camisa roja y para asentar bases militares gringas en el territorio cuya soberanía dice estar defendiendo. Y los dos se hacen fuertes en sus países creando un enemigo externo que de enemigo no tiene nada, pero les suministra tales réditos de imagen y favorabilidad electoral que la estrategia les parece maravillosa. Mientras el orate bolivariano vocifera sandeces por los micrófonos, el capataz retardatario se regocija en silencio, frotando sus manos con fruición, pues ve su reelección muy cerca.
Afortunadamente Ecuador y Colombia están tratando de normalizar sus relaciones, después de la tremenda imprudencia de nuestro capataz al bombardear un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano*. Ojalá esta iniciativa prospere y el orate veneco no se interponga en medio.
Hippies trasnochados del mundo: aprovechen y hagan su viajecito rápido, porque esto se está poniendo complicado. Lo mismo para el viajero regular, que también se va en 'plan guerrero' pero sin montarla de producto añejo del verano del 67. Todas las maravillas naturales y arquitectónicas de este continente alucinante van a quedar aisladas por culpa de los dementes sentados en los solios presidenciales a lo largo de los Andes y más arriba, y por la gente que les cree a pie juntillas. Empaque la maletota rápido.
* De ese bombardeo podemos extraer una ventaja para la humanidad: el descubrimiento de una variedad de computadores resistentes a bombardeos y con la inteligencia suficiente para contener información capaz de desacreditar a todo aquél que ose oponerse al gobierno, dependiendo de las circunstancias. Teniendo en cuenta que el portátil promedio se arruina con facilidad, dicho aporte servirá al progreso de la civilización en ubérrima forma.
Pero siento decirle a los señores hippies trasnochados que el sueño del viaje se les puede estar embolatando. Porque de la América Latina unida que soñaron muchos hombres y mujeres de este continente, poco queda (nunca hubo mucho, siendo sinceros). Todas las razones que podríamos tener para unirnos parecen ser pocas contra los egos desmedidos de nuestros gobernantes, los nacionalismos irracionales y patrioteros alentados por ellos y abrazados con fervor por sus pueblos ignorantes y fácilmente inflamables.
Las guerras centroamericanas; Argentina y Uruguay con sus líos por las papeleras en la frontera; Brasil abusando de Paraguay y por lo tanto Paraguay odiando a Brasil; los supuestos espionajes entre Chile y Perú; el resentimiento de Bolivia con Chile por la salida al mar robada hace tanto tiempo. Y todo eso sazonado por la sempiterna lucha entre la izquierda y la derecha, con todos sus matices. Así, ¿cuál Latinoamérica unida?
Y no olvidemos a Colombia y Venezuela, cuyos mandatarios se han enfrascado en un enfrentamiento en donde los más afectados son los pueblos que tanto dicen amar. El megalómano veneco tumba puentes y cierra fronteras, impide el comercio y condena a cientos al hambre y la carestía. El chibchombiano, calladamente, aprovecha la situación para incitar el odio hacia su colega de camisa roja y para asentar bases militares gringas en el territorio cuya soberanía dice estar defendiendo. Y los dos se hacen fuertes en sus países creando un enemigo externo que de enemigo no tiene nada, pero les suministra tales réditos de imagen y favorabilidad electoral que la estrategia les parece maravillosa. Mientras el orate bolivariano vocifera sandeces por los micrófonos, el capataz retardatario se regocija en silencio, frotando sus manos con fruición, pues ve su reelección muy cerca.
Afortunadamente Ecuador y Colombia están tratando de normalizar sus relaciones, después de la tremenda imprudencia de nuestro capataz al bombardear un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano*. Ojalá esta iniciativa prospere y el orate veneco no se interponga en medio.
Hippies trasnochados del mundo: aprovechen y hagan su viajecito rápido, porque esto se está poniendo complicado. Lo mismo para el viajero regular, que también se va en 'plan guerrero' pero sin montarla de producto añejo del verano del 67. Todas las maravillas naturales y arquitectónicas de este continente alucinante van a quedar aisladas por culpa de los dementes sentados en los solios presidenciales a lo largo de los Andes y más arriba, y por la gente que les cree a pie juntillas. Empaque la maletota rápido.
* De ese bombardeo podemos extraer una ventaja para la humanidad: el descubrimiento de una variedad de computadores resistentes a bombardeos y con la inteligencia suficiente para contener información capaz de desacreditar a todo aquél que ose oponerse al gobierno, dependiendo de las circunstancias. Teniendo en cuenta que el portátil promedio se arruina con facilidad, dicho aporte servirá al progreso de la civilización en ubérrima forma.
Hola Iván, me alegra leerle de nuevo, hace ya un buen tiempo que no pasaba por aquí.
ResponderBorrarLo felicito por el texto, muy acertado como siempre. En mi opinión, la máxima esperanza de un hippie hoy en día es que la droga no suba tanto de precio, porque ya hasta la des-despenalizaron.
Por otra parte, le cuento que he cambiado de blog (tomazgarzia.wordpress.com). Lo invito a pasar por allá y le propongo nuevamente un intercambio de links.
Saludos.
Buen texto. Tiene usted razón, algunos de los diferendos entre estos paises son simples gigantes dormidos que no tardarán mucho en despertar.
ResponderBorrarPor ahora habrá que apurarse, ahorrar unos cuantos pesos y con mochila al hombro dedicarse a conocer, eso sí, sin ínfulas de hippie guerrero...porque al paso que vamos no demorarán en pedirnos visa hasta para ir a Bolivia...
Saludos.
Contrario a lo que dicen los demás comentarios, el hippismo, o esa extraña moda por hacerse el guerrero y comerse los caminos de nuestra amada América, es algo que desde su mismo nombre esta mal llamado. Hippie, eso murió hace rato, se quedó en los 60, lo que quedó fue esas ganas de desprenderse de todo lo que no es necaesario para ser felíz, demostrar que con poca plata y un poco de sacrificios se puede hacer cualquier cosa. Y con respecto a que Latinoamérica no estpa unida, pienso lo contrario, pues la gente en si es otra cosa, es amable, razonable y extremadamente cariñosa con el foraneo. Y esa idea de que se van a cerrar las puertas y se va a formar un armagedon sudaka no lo veo posible, pues su gente, nosotros todos los que tenemos sangre y sudor y apellidos criollos, tenemos y vemos a nuestros hermanos de lo demás países como tal, como hermanos. Asi que insito, a América no lo unen los presidentes, las fronteras o los decretos, lo une su gente.
ResponderBorrarIvanchi, gracias por mencionar el abuso de Brasil hacia Paraguay. Es hora de que el mundo sepa qué hijueputas son los que mueven los hilos no pais maravilhoso
ResponderBorrarUh, y peor: los emigrantes brasileños a los que Stroessner abrió las puertas durante su gobierno, que son bastante discriminadores para con los paraguayos en cuyo país viven, carajo.
El mayor problema para un viaje de ese estilo es el odio entre pueblos, el nacionalismo exagerado de algunos que es capaz de atacar todo lo que sea externo a el. Hay hasta racismo entre bolivianos y peruanos, pero como ud dice, todo eso es impulsado desde arriba.
ResponderBorrarHOLA IVAN, vine, leí, y me volvieron a gustar sus opiniones.
ResponderBorrarRECIBE UN SALUDO EN ESTE FINAL DEL 2009, Y MIS MEJORES DESEOS DE PARABIENES EN ESTE 2010 QUE INICIA YA CASI. ESPERO SEGUIRLO LEYENDO. Y RECIBIR SU VISITA, DE VEZ EN CUANDO, BYE.