Salido el capataz, llega el patrón.

Por fin se acabó el gobierno Uribe. Ocho años de un gobierno de amores y odios, que nos deja un país polarizado. Eso sí, no se puede negar que es un país más seguro: hay que agradecer el hecho de poder viajar por Colombia a través de sus seguras carreteras, pero lo atraquen a uno a cuatrocientos metros de la puerta de la casa (como me sucedió a mí). Y yo ni siquiera tengo finca en Anapoima.

Gracias a Uribe, también, por atraer esa gran cantidad de inversión extranjera, pródiga en capitales golondrina. Gracias por el crecimiento económico enorme, que nunca se vio en los sectores más pobres de la sociedad colombiana, a no ser por el asistencialismo insostenible de Familias en Acción. Gracias por reventar el sistema de salud afiliando a millones al régimen subsidiado sin pensar en quién paga, y por mostrarnos que servicio de calidad es dar acetaminofén a todo el mundo. Gracias por entronizar a una caterva de incompetentes y corruptos, como Andrés Uriel y Uribito. Gracias por enriquecer a empresarios honestos como William Vélez y los Nule, sin olvidar a sus tiernos vástagos, Tomás y Jerónimo, que en ocho años amasaron una fortuna que a cualquier otro mortal le hubiera tomado media vida amasar. Gracias por mostrarnos que Estado y gobierno son la misma cosa, y que éste no tiene obligación con los ciudadanos, sino que todo son dádivas del Presidente, entregadas en esa gira extendida de campaña conocida como consejos comunales. Gracias por enseñarnos que el lenguaje de la concordia y la negociación es de pusilánimes y apátridas, y que sólo son válidos los gritos, las descalificaciones y los despliegues de hombría frente a quien disiente de nosotros. Gracias por las metáforas finqueras y ridículas. Gracias por creer que la diplomacia se trata de obligar a todos los países del mundo a pensar lo que aquí se piensa y gobernar a nuestro modo. Gracias por mostrarnos que hay muertos de primera categoría y muertos de segunda, porque cuando la guerrilla mata es gravísimo, pero cuando lo hacen los paramilitares o el Ejército no lo es. Gracias, en fin, por mostrarnos que usted, señor Uribe, no es nada más que la expresión del alma oscura de Colombia, y que llegó al poder porque nuestro pueblo rezandero y violento lo necesitaba.

Pero bueno, se nos fue el mejor Presidente de la historia. El capataz de esa gran finca que es Colombia. Sin embargo, volvieron los dueños. Dejaron encargada la propiedad ocho años, y aunque el capataz les cumplió la labor, decidieron que era hora de volver a sus dominios y apersonarse de los negocios. Llegó Juan Manuel Santos. Llegó el patrón

Personalmente, no soy muy optimista respecto del gobierno que comienza. Sin embargo, no deja de ser refrescante un cambio en el estilo, la búsqueda de nuevos caminos. Quién sabe, a lo mejor las élites hasta hagan un gobierno decente. Lo dudo, porque rara vez, o tal vez nunca, lo han hecho. Pero por lo menos ya no va a tocar soportar discursos sobre gallinitas y huevitos. Eso sí, se nos vino la era del gagueo democrático: Santos encuentra imposible decir más de tres palabras de corrido.

Volvió el gobierno del club, el paño inglés, los palos de golf, el whisky caro y el 'ala, carachas'. Un gobierno que va a tener todo El Tiempo del mundo para tener éxito y un Planeta lleno de oportunidades. Un gobierno que, al contrario de lo que piensa todo el mundo, quiere marcar diferencias con el anterior. Ahí está el discurso de posesión de Santos, lleno de varillazos a los riñones de Uribe: la corrupción, el mal manejo de la diplomacia, la búsqueda de la paz, la relación con las Cortes, la pobreza. En fin: señaló todas las fallas del gobierno de la seguridad democrática. Y no olvidemos los nombramientos de ministros: una clara cachetada al rostro de Uribe. Restrepo en la cartera de agricultura, por ejemplo: eso fue decirle a Uribe y a Uribito "su gestión fue una porquería. Nosotros sí lo vamos a hacer bien".

Vamos a ver cómo nos va. Ojalá no muy mal. Empiezan los años no de Uribe III, sino de Pastrana II.


Comentarios

  1. simplemente fantastico!
    ironico, con la acidez necesaria!

    Saludos de alguien que apoya a mockus desde el salvador!

    Twitter: @hermandi

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  2. Hola Ivan vine a darme una vuelta por tu blog; esta entrada, es de miedo, la transición haciéndose, ¿para mejor, para peor? quien lo supiera, pero todos quereemos, en cualquier país, que las cosas mejoren,es claro. Un saludo mexicano.

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