Peticiones navideñas
Es hora de pedirle al niño Dios y a Papá Noel. A Santa Claus no le pido, porque a diferencia de gran parte de mi generación -peor aún en las siguientes- soy consciente de que nací en Colombia y no en el distrito de Columbia.
Algunas peticiones son bastante difíciles -probablemente imposibles- de cumplir. Sin embargo, teniendo en cuenta que le pido a seres imaginarios, pues todo es posible.
Quiero:
- Que los colombianos dejemos de echarle la culpa siempre al árbitro cuando perdemos. Y que los árbitros dejen de dar papaya para que les echen la culpa.
- Que esa ridiculez llamada Crepúsculo, concebida por la desgraciada Stephanie Meyer, a quien espero Bram Stoker le hale las patas por la noche, desaparezca para siempre. Me tiene harto la patética estupidez de los adolescentes aficionados a esa película tan pero tan mala, y aún peor, siento pena por la raza humana al ver a cientos de premenopáusicas obsesionadas con esa historia y con Robert Pattinson.
- Que ni Uribito ni Uribe puedan llegar a la alcaldía de Bogotá. Más bien: que los bogotanos no vayamos a ser tan brutos de elegirlos. Yo no quiero Bogotá Falso Positiva ni Bogotá Parcelada; no quiero el parque Simón Bolívar lleno de palma africana.
- Que el Atlético Nacional asuma el equipo que es y haga algo el próximo año que no sea el ridículo.
- Que los hinchas de fútbol dejen de creer que la única manera de alentar al equipo es cantando en fingido acento argentino.
- Como ahora ser un lobazo(a) es estar a la moda, que nunca me dé por estar a la moda.
- Que no hagan más telenovelas de narcos y prepagos.
- Que ser ñero, o verse y hablar como uno, deje de ser 'cool'.
- Que nadie nunca jamás vuelva a usar tenis blancos con un jean.
- Que nadie vuelva a intentar convertirme a su fe particular. Divulguen la palabra en donde quieran, menos en mi casa.
- Que José Obdulio y Fernando Londoño abandonen la prosa grecoquimbaya. Para irse a una cárcel, por supuesto.
- Que cierto cínico expresidente se calle la jeta.
Y ya dejo de pedir. No hay que ser abusivo.
Algunas peticiones son bastante difíciles -probablemente imposibles- de cumplir. Sin embargo, teniendo en cuenta que le pido a seres imaginarios, pues todo es posible.
Quiero:
- Que los colombianos dejemos de echarle la culpa siempre al árbitro cuando perdemos. Y que los árbitros dejen de dar papaya para que les echen la culpa.
- Que esa ridiculez llamada Crepúsculo, concebida por la desgraciada Stephanie Meyer, a quien espero Bram Stoker le hale las patas por la noche, desaparezca para siempre. Me tiene harto la patética estupidez de los adolescentes aficionados a esa película tan pero tan mala, y aún peor, siento pena por la raza humana al ver a cientos de premenopáusicas obsesionadas con esa historia y con Robert Pattinson.
- Que ni Uribito ni Uribe puedan llegar a la alcaldía de Bogotá. Más bien: que los bogotanos no vayamos a ser tan brutos de elegirlos. Yo no quiero Bogotá Falso Positiva ni Bogotá Parcelada; no quiero el parque Simón Bolívar lleno de palma africana.
- Que el Atlético Nacional asuma el equipo que es y haga algo el próximo año que no sea el ridículo.
- Que los hinchas de fútbol dejen de creer que la única manera de alentar al equipo es cantando en fingido acento argentino.
- Como ahora ser un lobazo(a) es estar a la moda, que nunca me dé por estar a la moda.
- Que no hagan más telenovelas de narcos y prepagos.
- Que ser ñero, o verse y hablar como uno, deje de ser 'cool'.
- Que nadie nunca jamás vuelva a usar tenis blancos con un jean.
- Que nadie vuelva a intentar convertirme a su fe particular. Divulguen la palabra en donde quieran, menos en mi casa.
- Que José Obdulio y Fernando Londoño abandonen la prosa grecoquimbaya. Para irse a una cárcel, por supuesto.
- Que cierto cínico expresidente se calle la jeta.
Y ya dejo de pedir. No hay que ser abusivo.
Me adhiero especialmente a la petición de los cánticos en fingido acento argentino. Me adhiero a lo solicitado como coadyuvante.
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