Cultores incomprendidos del idioma
Los comentaristas deportivos son seres incomprendidos. Nos burlamos de ellos por su forma de hablar, sin comprender sus verdaderas intenciones. No hemos caído en la cuenta de que ellos, en este país con fama de hablar el mejor español del mundo, fama que refuerza todos los días con el mal uso del 'demasiado' y el 'colocar', son los legítimos y preclaros herederos de nuestros grandes gramáticos, de hombres como Rufino José Cuervo y Miguel Antonio Caro, excelsos cultores de la lengua castellana.
Así es: ellos son los Cuervos y Caros de nuestro tiempo. Partido tras partido renuevan la vida del idioma. Lo que parece un pisoteo descarado de nuestra lengua no es más que el intento por inyectarle nuevas fuerzas. Sus neologismos son intentos desesperados por adaptar el español a los nuevos tiempos. Y por educarnos. Por eso los esfuerzos ingentes por complicar excesivamente la forma de hablar para explicar un partido de fútbol. A punta de conceptos intrincados y neologismos descabellados intentan hacernos entender que el idioma es algo vivo y cambiante. Y que cualquiera de nosotros puede asesinarlo. Por eso las defensas de los equipos tienen 'desinteligencias', hay jugadores que tienen buena 'saltabilidad' y por culpa de Dios nuestro Señor los partidos pueden ser "climáticamente accidentados". La realidad futbolera es compleja y necesita de estos conceptos para ser explicada.
Estas grandes mentes deberían dedicar sus esfuerzos a la creación de un Diccionario de régimen y construcción del idioma. Tal vez puedan concluir la labor titánica de Cuervo. Su profundo conocimiento del español les permitiría tal hazaña. Y gracias a su acceso a los medios masivos de comunicación podrían llegar a donde los gramáticos decimonónicos ni siquiera soñaron. Lograrían que millones aprendieran que 'recibir' es una palabra sosa y por eso ellos se inventaron que se dice 'recepcionar'; que no es el balón si no el 'útil'; que los jugadores no tienen trasero (mucho menos culo: no sólo son guardianes de la lengua, sino de la moral) sino "zona glútea". En fin.
Es hora de comprender a los comentaristas deportivos y su labor. La RAE es una institución anquilosada y caduca. En las ágiles e irrespetousas lenguas y mentes de nuestros comentaristas está el futuro de la lengua castellana. Junto con los adolescentes que eZkRiben azí (y adultos, que los hay) y el desprecio general por la ortografía de la gente del común, serán los creadores de la lengua del mañana. Destruirán la que tenemos para construir el engendro del futuro. Olvidaos del pasado y prohijad el porvenir: Tal vez, en los años venideros, existan los Institutos Hernández y Fernández o Vélez y Torres junto al Caro Y Cuervo. Las transmisiones deportivas son el escenario donde se forja día a día nuestro idioma y donde las nuevas autoridades dan cátedra del manejo de la lengua. Estemos atentos.
Así es: ellos son los Cuervos y Caros de nuestro tiempo. Partido tras partido renuevan la vida del idioma. Lo que parece un pisoteo descarado de nuestra lengua no es más que el intento por inyectarle nuevas fuerzas. Sus neologismos son intentos desesperados por adaptar el español a los nuevos tiempos. Y por educarnos. Por eso los esfuerzos ingentes por complicar excesivamente la forma de hablar para explicar un partido de fútbol. A punta de conceptos intrincados y neologismos descabellados intentan hacernos entender que el idioma es algo vivo y cambiante. Y que cualquiera de nosotros puede asesinarlo. Por eso las defensas de los equipos tienen 'desinteligencias', hay jugadores que tienen buena 'saltabilidad' y por culpa de Dios nuestro Señor los partidos pueden ser "climáticamente accidentados". La realidad futbolera es compleja y necesita de estos conceptos para ser explicada.
Estas grandes mentes deberían dedicar sus esfuerzos a la creación de un Diccionario de régimen y construcción del idioma. Tal vez puedan concluir la labor titánica de Cuervo. Su profundo conocimiento del español les permitiría tal hazaña. Y gracias a su acceso a los medios masivos de comunicación podrían llegar a donde los gramáticos decimonónicos ni siquiera soñaron. Lograrían que millones aprendieran que 'recibir' es una palabra sosa y por eso ellos se inventaron que se dice 'recepcionar'; que no es el balón si no el 'útil'; que los jugadores no tienen trasero (mucho menos culo: no sólo son guardianes de la lengua, sino de la moral) sino "zona glútea". En fin.
Es hora de comprender a los comentaristas deportivos y su labor. La RAE es una institución anquilosada y caduca. En las ágiles e irrespetousas lenguas y mentes de nuestros comentaristas está el futuro de la lengua castellana. Junto con los adolescentes que eZkRiben azí (y adultos, que los hay) y el desprecio general por la ortografía de la gente del común, serán los creadores de la lengua del mañana. Destruirán la que tenemos para construir el engendro del futuro. Olvidaos del pasado y prohijad el porvenir: Tal vez, en los años venideros, existan los Institutos Hernández y Fernández o Vélez y Torres junto al Caro Y Cuervo. Las transmisiones deportivas son el escenario donde se forja día a día nuestro idioma y donde las nuevas autoridades dan cátedra del manejo de la lengua. Estemos atentos.
Así es: ellos son los Cuervos y Caros de nuestro tiempo. Partido tras partido renuevan la vida del idioma.
ResponderBorrarjajaja, no pensé reirme esta manhana....
akordate ke Nikanor Parra tb ezkribia azí kuando keria pateear traceroz ^.^
"Le enseña el acrílico hepático" y "Desdobla por el andarivel" Sólo dos pequeños ejemplos de lo bello que puede escucharse nuestro idioma en las voces de estros protohombres, reanimadores del castellano. Gracias por siempre, Vélez et al. Gracias por siempre y por nada
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