Infamia

Una bomba que intenta acabar con la vida de un exministro. Aún no sabemos quién la puso ni los motivos subyacentes, esos que van más allá del obvio: matar gente. Fernando Londoño sobrevivió y el efecto político será grande. La lora que va a dar ese señor no tiene nombre.

¿Quién puso la bomba? Probablemente nunca sepamos a ciencia cierta quién lo hizo, si fueron las FARC, la "mano negra" o algún otro representante de la degradación de Colombia y su guerra. La desinformación y la especulación reinan; el atentado le sirve a todas las partes y a ninguna; es un atentado contra todos y a gusto del consumidor. Por ahora, los resultados tangibles son más muertos en la lista ya demasiado extensa de la víctimas de nuestra podredumbre. Y un expresidente sacándole réditos políticos a la sangre de esas víctimas. El miedo deposita muchos votos en las urnas.

Pero Colombia, echada pa' lante como dicen que es, sigue superándose. Sigifredo López, uno de los diputados del Valle secuestrados por las FARC, al parecer, está involucrado con ese secuestro y con el asesinato de quienes fueran sus compañeros.O tal vez todo sea un montaje contra el exdiputado, lo que también sería algo macabro. La investigación nos lo dirá. O eso esperamos todos. Pero si es cierto que López dio información a la guerrilla y fue artífice tanto del secuestro como del asesinato de los diputados, sería una muestra de maldad inconcebible. El país habrá dado un paso más, habrá subido un peldaño en el escalafón de la infamia. Esa infamia que parece sentirse tan cómoda en esta tierra.

Colombia no solo no saca la cabeza del fango, sino que parece hundirse cada vez más en él.