Navidad

¿Y por qué celebrar la Navidad si uno es agnóstico?

Para mí la Navidad se vació de contenido religioso hace mucho tiempo. Y aunque creo en Dios, no puedo creer en uno lo suficientemente sádico como para enviar a su hijo al mundo a ser torturado. No creo que nadie, jamás, haya sido ni vaya a ser el hijo de Dios, enviado a la Tierra para salvarnos. No creo ni siquiera que tenga representantes aquí: esos que dicen serlo tienen todo en la cabeza, menos el interés por el bienestar de los demás.

La Navidad es una época para acercarnos a las personas que queremos. No es necesaria la existencia de un hijo de Dios para eso. Hasta un ateo como Ricky Gervais entiende que esa fecha puede servir para recordar a quienes están en nuestra vida, o han pasado por ella, y la han hecho mejor y más feliz. Su respuesta en este artículo a cómo va a celebrar la Navidad (How do you plan on celebrating Christmas?) es de una claridad al respecto y de una hermosura difíciles de superar.

Esta época tiene sentido por la gente que amamos. Es la oportunidad de reunirse y renovar los lazos de afecto que nos unen, de darnos fuerzas unos a otros para enfrentar un año más. Yo por lo menos tengo claro que sin mi familia y mis amigos no sería nada, y que gran parte de mis alientos para mantenerme en pie y no dejarme atropellar por la vida vienen de ellos.

La Navidad, además, es una oportunidad inmejorable para sentirse de nuevo como un niño, para creer por unos días que de verdad existe la magia y las buenas intenciones son la regla, no la excepción.

La verdadera pregunta es, entonces, ¿por qué negarse la oportunidad de vivir una época tan bonita?

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