Trizas

"Tan sólo el hospital da un auténtico testimonio de lo que es la guerra". Leí esto en Sin novedad en el frente, la novela de Erich Maria Remarque que transcurre en la Gran Guerra, y pensé en el Hospital Militar de Bogotá, ese lugar donde Dante podría haber encontrado inspiración. Allí llegaban los soldados heridos y destrozados en nuestra guerra de mierda, cientos de ellos al año. Pero el número descendió desde que empezó el cese bilateral al fuego con las FARC y luego con la firma del acuerdo de paz: en 2016 se atendieron 36 heridos, y este año comenzó con apenas un herido en combate internado allí. Cientos, miles de vidas salvadas gracias al proceso de paz.

Por eso no es posible sentir otra cosa distinta al miedo al ver la convención del Centro Democrático y lo que en ella se dijo. Se llevó a cabo en el auditorio de la Misión Carismática Internacional, y allí se ungió una vez más a un mesías nefasto con palabras desbordantes de idolatría vergonzosa. Uribe, siempre dispuesto a posar de hombre humilde, aplaudía sin pena a quienes lo llamaban presidente eterno y lo elevaban sobre todos nosotros, los pobres mortales. Lo alabaron varios, entre ellos una Paloma Valencia enardecida y abyecta y un Fernando Londoño arrogante y tenebroso.

En ese púlpito político Londoño dijo la que quizá sea la única verdad salida de su boca en décadas: el Centro Democrático es un partido de derecha. Algo sabido por todos, pero que profesionales del engaño como Uribe y pusilánimes taimados como Iván Duque insisten en negar con espejismos como llamarse de "extremo centro". Sin embargo, el Centro Democrático no es de centro ni es democrático, una obviedad que, no obstante, es necesario repetir. Su carácter fascista se hace cada vez más notorio. A la derecha de ellos queda la pared.

Dijo algo más Fernando Londoño, lo más impresionante y odioso: que si llegaban a la Presidencia, harían trizas el acuerdo de paz con las FARC. Esa es una declaración para ser temida, porque cuando ese señor hipócrita y macabro que es Londoño dice eso, es necesario recordar que no es papel lo que van a romper: son vidas humanas. Los soldados que ya no llegan rotos al Hospital Militar; los guerrilleros que decidieron dejar la guerra atrás; los campesinos que han vivido en el fuego cruzado; los defensores de derechos humanos que han intentado convertir este conflicto en algo menos sucio y feroz: todos ellos verán hechas trizas sus esperanzas, sus ilusiones. Sus vidas.

El Centro Democrático con su líder deificado, oscuro e indiscutible, sus políticos estigmatizadores, mendaces y agresivos, y sus hordas de mediocres en busca de un salvador vengativo que le dé rienda suelta a la violencia de palabra y obra de la masa devota del pensamiento único, quieren hundirnos en una fosa común que garantice su posesión de la tierra, la explotación de millones de colombianos, la negación de la verdad y el olvido de la expoliación, la injusticia y la muerte.

Quieren volver a llenar el Hospital Militar de gente hecha trizas.

HSB Noticias

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