Vida

Dijo William Faulkner: "Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer durante ocho horas, día tras día, es trabajar. No se puede comer ocho horas al día, ni beber ocho horas al día, ni hacer el amor ocho horas. Lo único que se puede hacer durante ocho horas es trabajar. Esa es la razón por la que el hombre se hace tan desdichado e infeliz a sí mismo y a todos los demás."

Estos días me han convencido aún más: aunque la mayor parte de nuestras vidas transcurra en el trabajo, aunque lo necesitemos, la vida es otra cosa, está en otra parte.

La vida es lo que escribió Manuel Vilas (no sé si aprenderemos algo de todo esto o si tendrá sentido). La vida son los desayunos en la casa de la mamá, es comer demasiadas arepas hechas con sus propias manos. Es el tinto de la abuela en las tardes o cuando hace demasiado frío. Es el pan caliente recién comprado. Es el whisky en la mesa del comedor con las mismas canciones, las mismas historias, los mismos chistes pendejos. Es la tienda de la esquina. Es caminar sin rumbo alguno. Es correr en la mañana. Es la liturgia del cinema. Es ver una obra de teatro con los dedos cruzados para que todo salga bien. Es la sobremesa que demora un poco el regreso a la oficina. Es reunirse a ver un partido, a hablar de películas, de libros. Es el conocimiento fundamental adquirido en el ritual de la embriaguez. Es caer borracho en un sofá ajeno. Es ir a un bar a reír, a conversar, a olvidar la pequeñez de nuestra existencia.

Eso, la vida, es lo que esperamos que vuelva.

Comentarios

Entradas populares