Momento


En la tarde, si el día está despejado, el sol entra por las ventanas inundando de luz mi apartamento sin muebles. Si es sábado y no tengo que trabajar, si el teléfono no me roba la paz con sus notificaciones implacables, si puedo pasar unas horas acostado en mi cama leyendo, cuando llega la luz y hace brillar la blancura del espacio, las páginas del libro, cuando calienta mi cabeza y mi piel confinadas, hay un momento sin tristeza ni ansiedad, sin latidos acelerados ni miedo, un momento de profunda serenidad en que todo parece tener sentido, todo parece valer la pena, un instante donde olvido que estoy a merced de los indignos, donde no me siento incapaz, donde ignoro la incertidumbre del futuro y los fracasos del pasado y floto en ese sosiego que sé maravilloso porque es escaso, porque pasará y la caída libre volverá con todo su horror. Pero tengo ese momento.

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