Le faltan horas al día
«Duerme entre siete y ocho horas al día. Se levanta muy temprano, entre cuatro y cinco de la mañana. Hace por lo menos una hora de ejercicio diario. Medita todas las mañanas para encontrar la calma. Dedica mucho tiempo a su familia en la mañanas, es un hombre muy familiar. Luego se sumerge en sus reuniones hasta altas horas de la noche».
El culto a los ricos ha llegado a tales niveles de estupidez que desafía las leyes de la física. ¿Cómo se puede dormir entre siete y ocho horas al día si uno se levanta entre las cuatro y las cinco de la mañana y tiene reuniones hasta altas horas de la noche? ¿Acaso la plata ya alcanza hasta para comprar días con más de 24 horas? ¿O quizás el millonario duerme en las reuniones mientras quienes deben sentarse a hacer el trabajo de verdad lo hacen y producen dinero para él?
Los fieles deberían aprender a contar si quieren ser más eficientes a la hora de promover a sus superhombres con pies de barro y embutirnos sus estolideces de autoayuda disfrazada de racionalidad económica.
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