«Dios creó el mundo, el ser humano creó Auschwitz»
Hoy, 27 de enero de 2025, se conmemoran 80 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz. Hoy, los nazis carilavados surgen por todas partes y la historia tiene ganas de repetirse como farsa, pero sobre todo como película de terror. Hoy es bueno volver a un par de fragmentos de Imre Kertész en Yo, otro:
«No olvidemos que Auschwitz no fue disuelto por ser Auschwitz, sino porque la evolución de la guerra dio un vuelco; y desde Auschwitz no ha ocurrido nada que podamos vivir como una refutación de Auschwitz. En cambio, sí hemos visto funcionar imperios sobre la base de ideologías que, en la práctica, eran meros juegos de lenguaje. Hemos visto que tanto el asesino como la víctima eran conscientes del vacío de estas órdenes ideológicas, de su carencia de significado; y justamente esta conciencia hacía que las atrocidades cometidas en nombre de tales ideologías resultaran singularmente infames, generaba esa perversidad profundamente arraigada en las sociedades sometidas al dominio de las ideologías. El fuego graneado asesino, pero más aún el simple puño, 'el porrazo asesino', demostraron ser -proclamando al mismo tiempo la irracionalidad asesina en el sentido más estricto de la palabra- la sensación de poder más placentera; el asesinato asociado al ultraje a la razón provocaba una sensación orgiástica que realmente abre un horizonte apocalíptico para cualquier futuro de la existencia humana...».
«Toda la Europa occidental se ha preparado para defenderse, con los austríacos, sus gendarmes avanzados en el este, al frente. No obstante, ni siquiera se pregunta qué defiende aparte de su dinero (¿no será la cultura occidental que hace tiempo ha dejado de existir?). Por otra parte, su forma de defenderse o, más exactamente, sus métodos, más que ofrecer una protección eficaz, perjudican a lo que queda de la democracia occidental. Los temores claustrofóbicos de la Europa occidental vuelven a parir a Adolf Hitler, vuelven a generar la paranoia de los inferiores que creen en su superioridad. Los poseedores del dinero y del poder volverán a aceptar la destrucción completa de la sociedad, con el único fin de salvar los muebles y de ponerse luego a salvo, al precio de un nuevo totalitarismo y de nuevas catástrofes sociales. ¿Pero qué salvación será esa, qué totalitarismo? ¿Quién puede afirmar que estas ideologías amenazadoras dispongan de alguna idea, de cualquier cosa que no se hubiera probado, que no hubiera fracasado ya?».
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