Filósofos

A menudo pienso en dos frases de dos de mis filósofos de cabecera. La primera es de Marco Aurelio, cuando dice que la mejor venganza es no ser como aquellos que te hacen daño. La segunda es de Héctor Lavoe: es chévere ser grande, pero es más grande ser chévere.

Lo cierto es que la mayor parte del tiempo estamos a merced de los tontos solemnes, de los indignos, y la única victoria que nos queda es no ser como ellos, resistirnos a su carrera de ratas, negarnos a sonreír mientras matamos para poder llegar a la cima, como cantaba John Lennon. Hay un triunfo en rehusarse a responder con sus métodos, a ver la vida como la ven ellos, a abrirse paso con la bajeza y la ruindad como reglas de juego.

Seguramente no es lo que siempre nos han dicho que es el éxito, pero tenemos que cambiar esa definición. Es más importante ser chévere. Tal vez esa es la verdadera grandeza.


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